Mes: enero 2014
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Rogelio Tapia de la puente
“Su profesión de Ingeniero Forestal le hizo estar en contacto con quienes laboran en ese sector, usualmente de estrecha condición económica, lo que constituyó para él una permanente preocupación por la falta de un acceso mas igualitario en las oportunidades..” escribe su padre, el médico Miguel Tapia de la Maza, en carta al obispo de Valdivia Monseñor Alejandro Jiménez, luego de la muerte de Rogelio.
Rogelio nace el 12 de marzo de 1953 en Santiago; es el menor de siete hermanos y su infancia transcurre rodeado de dedicación y de afecto. Sensible, bondadoso, muy amigo de su padre, desde niño lo ayuda en sus trabajos manuales y comparte con el su gran amor por la naturaleza, por las plantas y animales. Se le recuerda generoso, ayudando permanentemente a sus amigos más necesitados. Recuerdan sus padres: “Fue un ser de condiciones humanas y morales extraordinarias. Recibimos de él una entrega de cariño sin límites como hijo, hermano, esposo y padres…”.
Sus estudios universitarios lo llevan a Valdivia en 1973 a estudiar Ingeniería Forestal en la Universidad Austral. Allí participa activamente en el MUI (*) y al momento del golpe es llamado a presentarse por los militares quienes lo detienen e incomunican durante algunos días. No ocurre lo mismo con otros estudiantes de la Universidad Austral, camaradas y amigos. Con dolor se entera del fusilamiento de Fernando Krauss, Rene Barrientos y otros. No acepta la derrota y asume sus convicciones con más fuerza que nunca.
Sobre esa época Rogelio escribe:
¡Cómo poner en palabras, cómo explicar sentimientos y vivencias? Otros pueden, yo lo intento. Decir por ejemplo ¿dónde están mis amigos más cercanos? Cercanos en sus esperanzas, ¿Dónde está mi fuerza de esos años de derrota?
Derrota que se transformó en lucha, en esperanza. Derrota que no admitía ni permitía admitir. Derrota que continúa transformándose. ¿Acaso mi mejor expresión está en la defensa? ¿Cómo escribir esos años, cómo escribir esos años? ¿Cómo entender esos años? ¿Dónde está la fuerza?
Militante de la Resistencia y del MIR “en el trabajo forestal se empapó de las condiciones de explotación en las empresas forestales, de la potencialidad de la organización y lucha de los obreros, de los campesinos mapuches, temporeros en esas faenas… Era una raíz anclada en el sur…” escribe un compañero preso político de Concepción.
En 1981 contrae matrimonio con Elisa del Carmen Hernández a quién conocía desde 1973 cuando ambos eran estudiantes de la Universidad Austral. “Rogelio era un hombre tranquilo, amable, cariñoso –recuerda Elisa– alto, delgado, usaba lentes… Amaba la naturaleza, el aire, el sol, el frío, la lluvia, la montaña. Pero por sobre todo amaba al hombre, al trabajador, al luchador; amaba la Justicia y la defendió hasta con la última gota de su sangre… Luego del golpe militar yo no pude continuar mis estudios pero me quedé en Valdivia trabajando para mantener a mi hijo Fernando. Por ese entonces me encuentro con Rogelio ¡Cuánto bien me hace su amistad! Era de una bondad y solidaridad tremenda, un hombre excelente con una capacidad de amar que no tiene límites ni comparación…” continúa recordando Elisa.
Años difíciles, en Valdivia los amigos parten, son desterrados, encarcelados. Años en los que Rogelio escribe:
Hoy supe que habían vuelto tú y tu compañera con un hijo que aún no nace y que ya ha estado preso (otro lo dijo antes que yo) Tal vez años atrás ni siquiera lo hubiese sabido o tal vez no hubiesen, vuelto…
Con Elisa y Fernando forman su hogar en Paillaco, pequeño pueblo cercano a Valdivia de donde es originaria Elisa. En 1981 nace Olivia Elisa y en 1984 la pequeña Isabel Carolina que sólo tiene dos meses cuando su padre muere. Vivían en Valdivia desde algún tiempo.
Ese 23 de agosto, Rogelio sale de su hogar a las 16 horas y no vuelve. Elisa se entera de su asesinato al día siguiente. Más tarde escribiría:
“Todo el amor que nos dejaste hemos de trocarlo en lucha; somos la prolongación de tus sueños no acabados, de la nobleza de tu espíritu, de tu valentía sin límites; tu amor es hoy bandera y tu luz antorcha viva de libertad…
(*) Movimiento Universitario de Izquierda.
5 comentarios
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Comentario por OLIVIA TAPIA on mayo 11, 2009 3:00 am
Me gustaria conocer a los amigos de mi padre
gracias.
Olivia Tapia Hernandez.
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Fue es esta historia, es esta historia, la que nos rompió los nombres familiares y nos ha hecho decirle mamá a una abuela o papá a un abuelo. Fue esta historia, es esta historia, la que nos hace repensar qué es un “héroe”, qué es un mito: lejos de los mitos y los «héroes» intocables, están los hombres y mujeres, compañeros y compañeras, abrazables.
Ahí se va Juan, a alguna reunión con Rodolfo, Paco y otros tantos compañeros. Allá se va Juan, a contarles a los 30.000 que pudo encontrar a su nieta Macarena. Allá va Juan, a contarles a su hijo Marcelo y a su nuera María Claudia cómo es Macarena, cómo es esa vida que no pudieron matar. Se va Juan, a ese tiempo de los pasos eternos, a contarles a nuestros padres y madres que todos ellos siguen vivos en nuestras luchas.
Allá va el compañero, nuestro…
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Cecilia Vicuña reedita muestra de 1974 hecha en Londres en apoyo a la UP
Artistas como Roberto Matta y Sol LeWitt donaron obras.
por Denisse Espinoza A. – 13/01/2014 – 08:31
“Cecilia, Allende está muerto”, le dijo un artista amigo, luego de tocarle varias veces la puerta de su apartamento en el barrio oeste de Londres. Cecilia Vicuña estaba hace un año en la ciudad inglesa, estudiando pintura becada por el British Council. Esa noche no pudo dormir. “Era horroroso. Me quedé toda la noche pintando a Chile convertido en desierto, con un acantilado desde el que cae una gran gota de sangre al mar. Fue una premonición de lo que vendría”, dice la artista.
Tras 40 años, la pintura se exhibe por primera vez, desde mañana, en el Museo de la Memoria. No será lo único. La artista, que en los 60 creó la Tribu No, junto a Claudio Bertoni, y que llenó de hojas de otoño el Bellas Artes, reedita ahora una muestra que fue un mito por décadas: Vicuña formó en 1974, con tres artistas amigos, la organización Artists for Democracy (AFD), reuniendo 326 obras de arte. La idea era que fuesen rematadas y el dinero enviado en apoyo a lo quedaba de la UP. Había obras de Roberto Matta, Sol LeWitt, Julio Cortázar, John Dugger y Claes Oldenburg. Sin embargo, la AFD se disolvió. “Se hizo una gran muestra en Trafalgar Square, pero luego todo se deshizo por el ego de algunos artistas y porque muchos pensaban que había que apoyar al MIR. Yo siempre estuve por la no violencia”, dice Vicuña.
Gracias a la investigación de la curadora Paulina Varas, la artista descubrió ahora que más de 100 de esas obras fueron donadas en esos años al Museo de la Solidaridad, por el crítico de arte Carl Breet, uno de los miembros de la AFD. La muestra exhibirá fotografías de las obras que ahora pertenecen al museo, además de registro audiovisual e imágenes de la exposición de 1974 en Londres. Una de las obras de John Dugger se exhibirá en el hall del Museo de Bellas Artes. Además, Vicuña realizó la instalación sonora Quipu de los lamentos, dedicada a los detenidos desaparecidos, y reconstruye su Ruca abstracta de 1974, que incluye la obra Los ojos de Allende.
Radicada desde los años 80 en Nueva York, Cecilia Vicuña fue una artista que siempre incomodó a la escena más tradicional del arte local. Su trabajo ha sido un secreto a voces en Chile, a pesar de que sus obras se han exhibido en el MoMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid y el ICA de Londres. Hace unas semanas lanzó por Catalonia el libro El zen surado ($ 12.900), un volumen de poesía erótica escrito en 1972, que por primera vez se edita en Chile. “Tenía un contrato con Editorial Universitaria para publicarlo ese mismo año, pero nunca se hizo. El libro igual circuló, lo leyeron Raúl Zurita y Juan Luis Martínez. Les encantó. A este país siempre le ha costado aceptar la libertad de la mujer; el que hablemos sin tapujos de lo que nos pasa les asusta. Esa ha sido mi historia con Chile, nunca se me ha permitido ser totalmente libre aquí”, dice Vicuña.
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UNO A UNO VAN A PAGAR!
CHILE: Colonia del Neoliberalismo
Este artículo discute la necesidad de unidad frente a los crímenes de lesa humanidad y las injusticias y atropellos actuales. También el que los luchadores por los DDHH’s sigan trabajando en los crímenes actuales, que no dejan de ocurrir. La Justicia actual tiene mucho que mejorar y los derechos también.
Para difundir y aumentar las luchas por la justicia.
José Venturelli, Pediatra
Vocero del Secretariado Exterior de la Comisión Ética Contra la Tortura (Chile)
Vocero Internacional de la Comisión de derechos Humanos del Colegio Médico de ChileQueda mucho trabajo por la libertad y por la Justicia en Chile
Por los crímenes históricos, escondidos,
y por los actuales que se repiten
Parque de la Paz / Villa Grimaldi in Santiago de Chile.Ante las nuevas decisiones contra los asesinos de la primera década de la dictadura vemos decisiones que son estimulantes. La plana mayor de la DINA vuelve a ser…
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RECUERDOS DE “LOS DE CHACABUCO”. Luis Cifuentes S.
En la serie de CDs «Memoria del Cantar Popular», se publicó hace algunos años un CD titulado «Pisagua + Chacabuco».Contiene la obra «Pisagua», de Ángel Parra, basada en la novela «La semilla en la arena» de Volodia Teitelboim, y una grabación clandestina de parte de un concierto realizado por los presos políticos del campo de concentración de Chacabuco el día que se anunció la libertad de Ángel, a comienzos de 1974. Dado que el disco trae poquísima información acerca de la grabación chacabucana, he creído necesario aportar mis propios recuerdos, sujetos, por cierto, a las fragilidades de la memoria. Agradeceré otros aportes.
La grabación fue realizada clandestinamente por Alberto Corvalán Castillo, hijo del secretario general del PC, Luis Corvalán con ayuda de otros compañeros de prisión. Alberto falleció en Bulgaria producto de las torturas sufridas en el velódromo del Estadio Nacional que dejaron su corazón irreversiblemente dañado.
La grabadora de cassette fue proporcionada por un oficial apostado en el campo de concentración(Nota 2012: un chacabucano me escribe que el oficial era uno de los capellanes asignados al campo). La cassette fue sacada del campo por el mismo oficial y se publicó por primera vez como vinilo en Italia entre 1974 y 1975.
La grabación se hizo desde la parte inferior del escenario de madera que habían construido los mismos prisioneros. La voz de Alberto se escucha repetidamente en la grabación haciendo comentarios.
El «Coro de Chacabuco», dirigido por Iván Quezada, que entonces era un director de coros recién egresado, pero que aparentaba no tener mas de dieciocho años (hay quienes piensan que todavía no representa mas de treinta) es el que canta el Himno a la Alegría de Beethoven. A objeto de trabajar con personas que no tenían formación musical alguna, Iván tuvo que inventar una notación musical simplificada, dado que no era cosa de llegar y montar temas de los grandes maestros (Vivaldi y Mozart eran otros de los autores incluidos en el repertorio del coro) sin alguna guía.
Hubo otros coros en Chacabuco, siendo uno de los más notorios el formado por presos de Concepción.
Las palabras de dedicatoria del concierto a Ángel fueron pronunciadas por Marcelo Concha, quien fue liberado de Chacabuco, vuelto a arrestar y luego desapareció hasta la fecha. Marcelo había sido campeón de natación y un hombre de gran modestia y carisma.
El afecto de los presos por Ángel queda de manifiesto en la grabación.
El que aparece en la carátula como «Grupo Chacabuco», que en el disco es presentado como «El Conjunto Chacabuco» y «El Conjunto de Chacabuco» y que en otros lugares ha sido mencionado como «Los Chacabucanos», se llamaba en realidad «LOS DE CHACABUCO», aunque parece que, fuera de sus miembros, pocos lo nombraron o lo recuerdan con este nombre.
El grupo «Los de Chacabuco» fue creado y dirigido por Ángel Parra y sus integrantes fueron (en orden alfabético):
Víctor Canto
Ángel Cereceda Parra (Ángel Parra)
Luis Cifuentes
Marcelo Concha
Luis Corvalán Márquez
Antonio González
Manuel Ipinza
Ernesto Parra
Julio Vega
Ricardo Yocelewskiy un joven dirigente sindical, excelente tenor, cuyo apellido era Castro, pero cuyo nombre
desafortunadamente he olvidado. Alguien por ahí lo recuerda?Aparte de Ángel, que solo dirigía (es decir, no cantaba ni tocaba instrumentos en el grupo) sobresalían Ricardo Yocelewski y Ernesto Parra. Ricardo había sido quenista de Los Curacas y su aporte se aprecia en el tema «Caliche». En ese tema, me tocó rascar (que no tocar) el charango.
Ernesto Parra, que también había sido miembro de Los Curacas, era un muy sólido guitarrista, hasta el punto que todos los integrantes del conjunto, incluido Marcelo Concha que era muy bueno en cuerdas, le reconocíamos superioridad sin discusión.
A la salida de Ángel, fue Ernesto quien tomó la dirección del grupo por unanimidad. Hoy Ernesto dirige una orquesta juvenil.
Las cuecas compuestas en el campo, que en la carátula aparecen bajo el único titulo de «El afortunado», se llaman «El suertudo» y «El puntudo» en el orden en que están en el disco y sus autores fueron Víctor Canto y yo (ambos de la UTE). Las letras pueden ser difíciles de entender pues, en parte, se refieren al folklore del campo de concentración y en parte
se ríen de los militares con suficiente sutileza como para que estos no se dieran cuenta (Ver el Apéndice).La «zamba argentina» es la «Tonada del viejo amor», de Falú y Dávalos. En ella me toca cantar los versos
«no tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol».La «canción de Venezuela» es «Amalia Rosa», de Tino Carrasco.
Ángel cantó por única vez en su concierto de despedida dedicando tres canciones a su esposa (Canción de amor), a su hijo Ángel (Canción para Angélico) y a su hija Javiera
(Canción para Javiera).Posteriormente Ángel decidió regrabar sus interpretaciones para obtener mayor calidad técnica. Se perdió así la frescura, intensidad y emoción de la interpretación de aquella
noche, que me parecieron inolvidables.En suma, una avalancha de recuerdos.
Cuecas chacabucanas
Cuecas compuestas en el campo de concentración de Chacabuco entre noviembre de 1973 y febrero de 1974 e interpretadas en el campo por el conjunto “Los de Chacabuco”.
Los autores de ambos temas fueron Víctor Canto y Luis Cifuentes, ambos ex – alumnos de la Universidad Técnica del Estado y miembros del grupo «Los de Chacabuco».
Estas cuecas han sido publicadas en varios sitios Web con errores de transcripción y sin indicar su autoría. Ambas cuecas aparecen en el disco de Angel Parra “Pisagua + Chacabuco”, publicado en 2003 en Chile.*
El puntúo
Me vine pa’ Chacabuco
de puro buena persona
’ta bueno, dijo mi taita,
pa’ que conozcái la zona
Me vine pa’ ChacabucoEn el avión me vine
como un muñeco
aunque no me sirvieron
Martini seco.Martini seco, ay sí,
no es pa’ que arranque,
pero no me dejaron
subirme al tanque (1).Subirme al tanque, ay sí,
no sé qué pasa,
dicen que me acarreo
toda la plaza (2).Toda la plaza, ay sí,
no se sorprenda,
vamo’ haciéndole empeño
a la encomienda (3).A la encomienda, ay sí,
pinto p’ alcalde
en mi casa ya tengo
como diez baldes (4).Como diez baldes, sí,
quién lo diría,
ya estoy apitutao en
la pulpería (5).La pulpería, ay sí,
no se me espante,
porque ya me hice amigo
del comandante.Del comandante, ay sí,
no se emocione,
porque estoy de jurao en
las comisiones (6).Ándale, que estoy ancho,
me metí al rancho (7).El suertúo
Llegamos desde el Estadio
volando y sin mucho atraso
nos recibieron con banda,
caramba, y su buen charchazo (8)
llegamos desde el EstadioMucho frío en la noche,
caliente el día,
seguían en Chacabuco
las penas mías.Las penas mías, sí,
no veo una,
casi me voy cortao
con la vacuna (9).Con la vacuna, ay sí,
flor de patagua
cada vez que me baño
se corta el agua.Se corta el agua, ay sí,
pónete el gorro,
porque a puro poroto
ya vuelo a chorro.Ya vuelo a chorro, ay sí,
sobre la reja,
no tiene na’ ‘e corriente,
cayó la teja (10).Cayó la teja, ay sí,
allá en la esquina
ya me iba echando el pollo
voló una mina (11).Voló una mina, ay sí,
dijo un canario,
más mejor que me quede
en el balneario.Puchas, que soy suertúo
dijo un puntúo. (12)NOTAS
(1) En el campo había un tanque y, en varias ocasiones, los militares lo ubicaron apuntando su cañón a los prisioneros mientras estos almorzaban.
(2) La plaza de la Oficina Chacabuco se encontraba fuera del perímetro enrejado donde se mantenía a los prisioneros y estos eran llevados allí por los militares a buscar madera para hacer fuego con el que se calentaba agua o se cocinaba. También se transportaba desde la plaza otros materiales e implementos útiles.
(3) No todos los prisioneros recibían encomiendas (ropa y alimentos) de sus familias, de manera que estas eran muy codiciadas.
(4) En el campo había pocos baldes, pero estos eran muy útiles, de manera que todos los prisioneros ansiaban tener uno en sus casas. Obviamente, nadie podía tener diez baldes.
(5) Los prisioneros organizaron, con autorización de los militares, una pulpería, es decir un negocio donde podían venderse algunos artículos de primera necesidad, tales como alimentos, artículos de aseo y otros. Esto era posible porque se autorizó la recepción de giros de dinero en el campo. Los mismos militares hacían las compras en Antofagasta y las transportaban al campo, obteniendo así una ganancia.
(6) ‘Las comisiones’ eran equipos jurídico-militares que accedían al campo a tomar declaraciones a algunos prisioneros como parte de los juicios entablados por la dictadura. En algunos casos, los prisioneros eran sacados del campo e interrogados en otros recintos. Acerca de estos interrogatorios hay varios testimonios publicados.
(7) ‘El rancho’ era un grupo de prisioneros que trabajaban junto a los militares en la preparación de alimentos. Se suponía que los miembros del rancho tenían el privilegio de un mayor acceso a alimentos que el común de los prisioneros.
(8) A menudo los grupos de prisioneros que iban llegando al campo desde el Estadio Chile y otros centros de detención a lo largo del país eran recibidos con insultos y golpes.
(9) A poco de llegar al campo, se sometió a los prisioneros a una vacunación.
(10) Los militares hablaban de la ‘reja electrificada’ que rodeaba el campo, pero dado que la reja hacía tierra en toda su extensión, no era posible electrificarla de manera efectiva.
(11) El campo de Chacabuco estaba minado en la mayor parte de su entorno a objeto de evitar fugas de prisioneros y a menudo explotaban minas, posiblemente accionadas por perros vagos.
(12) Referencias a otras cuecas y textos creados en Chacabuco hay enhttp://www.prisionerospoliticosdechacabuco.cl/museo/museo.asp
Pisagua + Chacabuco
* El disco reúne, por primera vez en CD, dos álbumes que no habían podido circular previamente en Chile: Pisagua (1973, temas 1 al 11) y Chacabuco(1975, temas 12 al 27). Sólo el tema 25 es un añadido nuevo. Música y letra de todos los temas: Ángel Parra.
Canciones
1. Un silbido en la niebla.
2. El novio raptado (o Vals para Herminia)
3. La sangre y la letra
4. Fecundidad
5. No seré un verdugo
6. La prueba del amor
7. El corazón de la puna
8. Colaguachi
9. El regreso
10. Tiempo de ayuno
11. Canción de la libertad
12. Libre
13. Volver (poema)
14. Himno a la alegría
15. Presentación grupo Chacabuco
16. Zamba argentina
17. Canción de Venezuela
18. Caliche
19. El afortunado
20. Anuncio de libertad
21. Saliendo de la niebla
22. Canción de amor
23. Canción para Angelico
24. Canción para Javiera
25. Instrumental
26. El alma de Chacabuco
27. Despedida y canción del adiós. -
Querida familia y amigos, hoy es el día en que detuvieron a mi hermano y me gustaría si pueden acompañarme desde el lugar donde esté cada uno, a las 20:00 hrs. nos detengamos un momento y digamos este verso que acompaño y nos encontremos en ese lugar donde se juntar a jugar los pensamientos.A todos un gran abrazo y gracias por su apoyo y compañía desde siempre.
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A CUARENTA AÑOS DE UN COBARDE ASESINATO
El 9 de octubre se cumplieron cuarenta años del cobarde asesinato por la Armada de Chile de los dirigentes locales de Tomé del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, compañeros Miguel Ángel Catalán Febrero, Héctor Manuel Lepe Moraga y Tránsito del Carmen Cabrera Ortiz.
Habían sido detenidos por Carabineros de Tomé el 27 de septiembre de 1973 junto a Ricardo Barra Martínez. Luego de ser torturados salvajemente fueron entregados a funcionarios de la Armada de Chile, quienes los trasladaron al Destacamento de Infantería de Marina Nº 3, Sargento Aldea, de la Base Naval de Talcahuano. Allí fue asesinado en la tortura Ricardo Barra Martínez al día siguiente, según certificado de defunción de esa fecha.
El sábado 6 de octubre de 1973 los tres sobrevivientes fueron sometidos a un espurio y mediático Consejo de Guerra por el Juzgado Naval de Talcahuano, el que los condenó a penas de reclusión de 45, 23 y 20 años respectivamente. Aquel mismo día fueron trasladados a la Cárcel de Tomé para el cumplimiento de la pena.
La Caravana de la Muerte comandada por el llamado Chacal del Desierto Sergio Arellano Stark había iniciado una ronda de la muerte que partió desde el aeródromo Tobalaba el 30 de septiembre de 1973, en un helicóptero Puma del ejército, cuyo recorrido inicial por el sur de Chile: Rancagua, Curicó, Talca, Linares, Cauquenes, Concepción, Temuco, Valdivia y Puerto Montt, dejó a su paso 29 personas muertas y regreso a Santiago el lunes 8 de octubre.
El 9 de octubre de 1973 la Comandancia de la Base Naval de Talcahuano de la Armada de Chile comisionó al Teniente de Infantería de Marina Eduardo Beeche Breitler ejecutar ilegalmente a los condenados. Para tal designio el oficial, al mando de un pelotón integrado por seis soldados y clases de infantería de marina, secuestró desde la Cárcel de Tomé a Catalán, Lepe y Cabrera y los ejecutó en el camino de Tomé a Concepción en las inmediaciones del puente Quebrada Honda, casi en el límite con la comuna de Penco. Allí cobardemente fueron ejecutados por la espalda por los asesinos del Destacamento de Infantería de Marina Nº 3 Sargento Aldea de la Armada de Chile, tal como la Caravana de la Muerte luego repitiera en el Norte de Chile con soldados del Ejército.
Casi cuarenta años después, el once de septiembre pasado, fueron condenados dos de los integrantes de esa cuadrilla de asesinos a penas de diez años reclusión y un tercero a cinco años de libertad vigilada.
Un día tardó el Servicio de Inteligencia Naval, Ancla Dos, para asesinar a Ricardo Barra Martínez en el Fuerte Borgoño, detenido el 27 de septiembre y asesinado al día siguiente, nueve días el Juzgado Naval de Talcahuano para condenar a Catalán, Lepe y Cabrera el 6 de octubre y doce días el DIM Nº 3 Sargento Aldea para asesinarlos el 9 de octubre de 1973.
Dos procesos judiciales anteriores, uno ante un Ministro en Visita de la Corte de Apelaciones de Santiago por la viuda de Tránsito Cabrera y otro ante el Juzgado del Crimen de Tomé en 1986, patrocinado por el CODEPU, fueron sobreseído sin responsables.
Convocan:
Agrupación Cultural Pro Derechos Humanos de Tomé
Asociados Programa Usuarios PRAIS de Tomé
Familiares de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos de Tomé
Comisión de Trabajo Ex Prisioneros Políticos del MIR
Adhieren:
Asociación Comunal de Juntas de Vecinos de Tomé
Centro de Alumnos del Liceo Comercial de Tomé
Darwin Rodríguez Saavedra – Premio Municipal de Arte.
Américo Caamaño Quijada – Premio Municipal de Arte.
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Los retoños seguirán la lucha
4 ENERO 2014
El 4 de enero de 1959 fue un domingo inolvidable para los camagüeyanos. La Caravana de la Victoria, con el Líder de la Revolución al frente, irrumpía la noche de ese día en la Plaza de la Caridad, hoy de La Libertad, de donde Fidel en emocionado discurso se dirigió al pueblo delirante de alegría.
Durante el día Fidel, después de su entrada triunfal por Guáimaro, de ser aclamado en Sibanicú y en cuanto asentamiento existía a lo largo de la carretera central, recorrió el corazón de la ciudad, saludó a la muchedumbre y fue hasta el aeropuerto Ignacio Agramonte, a contactar con un grupo de luchadores que venían de la capital a su encuentro.
Fidel desde Palma Soriano convocó horas antes a la huelga general revolucionaria frente a posiciones entreguistas de posible golpe de Estado, que se gestaba en La Habana. Y fue aquí en Camagüey, donde anunció la consolidación del triunfo de la Revolución y declaró el cese de la paralización del país ante la abyecta posición enemiga.
A 55 años de aquel acontecimiento que marcó un viraje para Cuba en el ambito económico, político y social, Pablo Humberto Garcy Castro, integrante de la Caravana, recuerda pasajes desde que se incorporó al patriótico convoy en Holguín como refuerzo de la escolta del Comandante en Jefe hasta concluir en la capital.
Garcy, el rebelde de copia barba, al lado de Fidel durante una visita del Comandante en Jefe a la Revista Bohemia en los primeros días del triunfo. Foto: cortesía personal de combatiente Pablo Humberto Garcy Castro.
Garcy, quien desde 1960 reside en Camagüey, perteneció a la Columna 17 “Abel Santamaría”, al mando de Antonio Enrique Lussón, actualmente vicepresidente del Consejo de Ministros. A ellos los sorprendió el primero de enero rodeando a Holguín. Él se enteró que era oficial de las tropas ese día. Terminó con el grado de capitán.
“A la entrada de Camagüey la caravana paró, era inmensa. Llegaba hasta cerca de la farmacia de La Mosca. La mayor parte de las tropas permaneció en el Casino Campestre, mientras Fidel recorría puntos de la ciudad.
“El pueblo paraba a Fidel, en ocasiones él bajaba del tanque y conversaba con la gente”, añadió Garcy y mientras afirmaba lo anterior recordaba una descripción hecha por Juan Nuiry, recientemente fallecido en el libro La Caravana de la Victoria, de Luis Báez y Pedro de La Hoz: “Las mujeres vestían sayas negras y blusas rojas, los colores del 26 de Julio. En las calles no se podía dar un paso, era imposible calcular las personas que estaban presentes”.
El Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque recordaba la fecha:“Llegamos a los límites con la provincia de Camagüey al amanecer del día 4. En los tramos largos y descampados, el viento besa a los que van en los camiones y en los autos descapotados. Por momentos me asalta la impresión de que vamos a ser ametrallados y bombardeados por la aviación enemiga, pero me digo:”No hay que temer, los pilotos asesinos y criminales están presos y serán juzgados, como todos los que cometieron actos vandálicos”.
Vale recordar en este minuto citas de Fidel en la Plaza de la Libertad:
”Un pueblo que sabe hablar, que sabe reunirse, que sabe reclamar, es imposible que, si lanza una ofensiva contra todo lo que ha constituido su desgracia, no logre la victoria.
“Por nuestra parte, pueden considerar que ya la hemos empezado. La guerra se acabó ayer y ya esta mos trabajando, trabajando más que cuando no había paz; la paz para nosotros es trabajo triplicado, es lucha triplicada. Y estaremos luchando, mientras nos quede
una gota de energía estaremos en pie y no descansaremos y no dormiremos.
“Ya estamos trabajando sobre la marcha, haciendo algo, sentando las bases de algo, adelantando algo, en todo lo que está dentro de nuestras atribuciones. Porque esto no quiere decir que uno lo vaya a hacer todo, sino que todos tenemos que hacer algo, cada cual dentro de sus atribuciones”.Garcy cuenta hoy con 87 años, cumplidos el pasado 3 de noviembre. La mayoría de ellos lo ha pasado vinculado a Camagüey. Después que cesó sus funciones de escolta y de trabajar en el Estado Mayor General vino para Florida donde se asentó a un escuadrón militar. No cesó su lucha: combatió aquí a los bandidos y en la región central del país. Licendiado de las FAR trabajó hasta el día de la jubilación en la Empresa Pecuaria Triángulo Tres.
“Fidel es un hombre extraordinario. Nacimos el mismo año. Somos hermanos de armas y alma, sostuvo este hombre, proclamado por la Asamblea del Poder Popular como Hijo Adoptivo, según nos dice con orgullo, sin olvidar su querido Santiago, cuna de origen. Alli integró un célula clandestin en época en que se desempeñaba como chofer de ómnibus de la línea La Oriental.
Aquella noche desde el balcón de la Plaza de la Libertad, Garcy vio la multitud que aclamaba a Fidel, a quien califica de hombre excepcional, humanista y solidario con la suerte de tenerlo aún vivo entre nosotros.
“¿Qué me viene a la mente en estos 55 años? Progreso, libertad y la firmeza de un pueblo junto a Fidel. Habrá Revolución para rato. Aunque yo muera los retoños seguirán la misma vía de nosotros y todo nuestro ejemplo”.
Fidel en el aeropuerto de Camagüey el 4 de enero de 1959. Foto tomada del libro La Caravana de la Libertad