Cactus

(A Oscar Salazar Jahnsen, asesinado un 28 de abril de 1980 en un falso enfrentamiento)

Cactus

(A Oscar Salazar Jahnsen, asesinado un 28 de abril de 1980 en un falso enfrentamiento)

Me duele la espalda hija acaban de lanzar plomo ardiente seco estrías mi piel para apagar mi ternura que carece de mesura hoy amanecí oscuro habría antes alba hoy no podía respirar aire faltaba espina gigantesca clavaba alma cactus y me mirabas con tus días tenues salí así fieras olfateaban huellas mis calmos ojos tristeza abiertos fijos inmóviles sin infinito me preguntaba porqué 20 horas Las Cañas/Aurora de Chile/blanca sangre acera pólvora azul humeante plomo espalda amor seguiré dibujaré eternos cielos nortes orientes sures eternos ustedes noche fría aprieta sorprende pecho me sostengo apenas para besar polvo acera Renca bruces sopor impregna sueños desamparo miedo fatiga sangre tibia brota convento sólo estrellas nadie habla me voy entre bufidos de vida que brota como la tuya amando mundo creía mis manos impregnadas tinta amor fuerza colores albores caigo vuelo fauces orillas del universo que pisé recorrí veredas hojas trazos desolados me duele aun espalda niña pelo trigo más no volver a verte estaré siempre plazas plácido en los árboles crecí viendo musgo palpando lejos mis amigos otro extremo digan viví y no pude amanecer crezco otras calles y tiempos me adelanto voy rápido mi crecida es permanente vertiginosa de lluvia fina que me hiela en manos de esta paz ciega mi risa volará fluirá niños escuela yo vivía en un mundo amplio claro vasto la idea acción corrí entregando esperanzas hierbas de la pre cordillera planeando palabras sólo me pregunto por qué tanta violencia si sólo construía otros planetas dadme cárcel calabozo grillos desde allí te miraría esperaría calmo años incontables sólo para verte amor seguiré esta ruta incesante la muerte apaga prende arde ilumina tarda del frío entibiar alma otra vez pero irrumpe en aulas prados dónde crecí hoy tengo espinas cactus penetran mi espalda recuerdos cerros montañas subo primer verdor abril rocío crece me encumbro y alivio los espinos quise amé sembré estaré años meridiales no pensaré me falta aire sirenas no quise darte esta pena lágrimas nuestras no estaré ya más hasta siempre creceré otras estepas yo viajo junto a otros que tampoco nunca sabrán el porqué tanto plomo tanta metralla. Carlos Antonio Vergara, del libro inédito ’80 Poesía Urgente.

via (104) ANTROPO MEMORIA. PARA SABER Y CONTAR:

Gobierno presenta veintitrés querellas por crímenes de lesa humanidad 

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