Estaba en el cine, cumpliendo casi mi deber de espectador cívico, viendo la gran puesta en escena y la complicada y bien lograda ambientación de época de la película No, de Pablo Larraín, y de alguna manera lo que ví no calzó con el recuerdo que tengo de la campaña del plebiscito. Probablemente ya sabía hablar, pero más probable es que no pensara ninguna de las cosas que pronunciaba, tenía apenas tres años y el imaginario que tengo de lo que sucedió al final de la dictadura de Augusto Pinochet, por lo menos en materia visual, se lo debo al obsesivo registro de Kena Lorenzini. Para hablar sobre la taquillera y premiada película habrá espacio en una próxima oportunidad.

Aprovechando la inminencia del Día de la Fotografía, es oportuno mencionar el libro Marcas crónicas, rayados y panfletos, donde Lorenzini exhibe su colección de papeles que circularon clandestinamente de mano en mano y también los muros que supo capturar con su cámara, quizá en su tiempo libre, quizá mientras se trasladaba de un lugar a otro para fotografiar personajes o sucesos importantes mediáticamente. De ese registro, que con el tiempo se ha transformado en algo sumamente valioso, presentamos a continuación un fragmento. Este es el foto-reportaje de El Desconcierto que muestra lo que sucedió hace décadas en este mismo país que aparentemente ha cambiado tanto, aunque puede verse aquí que es bastante parecido al de ese entonces.

Fotografías: Kena Lorenzini

Texto: Daniel Olivares