“Nos tiraron desnudos, amarrados a un somier metálico con aplicaciones de electricidad”
-Indignación.
En Chile está la permanencia de un periodismo pinochetista, un cura pinochetista, un parlamentario pinochetista. Se construye esto y se legitima, a diferencia de lo que ocurre en Alemania, donde uno si hace apología al nazismo o a Hitler, va preso. En Chile hay un relativismo que hace que alguien diga que puede hacer todos los homenajes a quien ordenó esta barbarie.
-Primero, porque el criminal siempre pensó que iba a estar impune. Segundo, porque tiene cómplices como el alcalde Labbé. Y hablo de cómplices no en el sentido metafórico, sino de personas que participaron de las mismas estructuras represivas. Hay al mismo tiempo un relativismo moral que se expresa en la frase de Iván Moreira cuando dice ‘yo homenajeo al mandante, pero no asistiría a un homenaje del ejecutor’. Entonces hay un relativismo moral de parte de un sector de la derecha chilena que da espacio para que ocurran estas cosas, mientras sabemos que hay otro sector de la derecha chilena que repudia estos hechos.
-Es que hay una ostentación y reivindicación del ícono de la represión más brutal. Entonces es una bofetada no sólo a las víctimas, sino también al tipo de país y democracia que queremos. Esto demuestra que el pinochetismo no ha dejado de existir y aprovecha los espacios que se crean a partir de determinadas situaciones… En Chile está la permanencia de un periodismo pinochetista, un cura pinochetista, un parlamentario pinochetista. Se construye esto y se legitima, a diferencia de lo que ocurre en Alemania, donde uno si hace apología al nazismo o a Hitler, va preso. En Chile hay un relativismo que hace que alguien diga que puede hacer todos los homenajes a quien ordenó esta barbarie. Ese relativismo da paso a estas situaciones.
-La primera reacción, de parte de la encargada, fue pésima. La ignorancia supina, dañina para el mismo gobierno de alguien que no conoce al personaje… O sea, que no conozca a ese personaje, que no pregunte ni googlee qué significa ese periodo del 73 al 78. Cualquier persona que sabe de Derechos Humanos sabe que es el tiempo de retiro de televisores, cuando se exhuman los cuerpos de las víctimas, se dispersan y se arrojan al mar, se dinamitan, se hacen desaparecer. Es un homenaje al periodo más ostentoso de la brutalidad represiva. Entonces, separemos: la ignorancia supina es dañina. Comparto la segunda reacción que fue la renuncia de la misma encargada a su cargo.
Los gritos de Krassnoff
–De un hematocele. Es sangre entre el escroto y el testículo. Eso fue producto de los golpes, de las patadas del “guatón Romo”, de Marcelo Moren, y de otros.
-El tono y su soberbia. Osvaldo Romo y él eran los únicos que usaban su nombre verdadero. La prepotencia de la sensación de la impunidad que ellos infundían. Gritaba y agredía a las personas amarradas, vendadas, de todas las edades. Ahí llegó Carmen Andrade, la ex subsecretaria del Sernam, con uniforme escolar. Ahí llegaban niños de dos años, ancianos de más de 80, maltratados.
-Krassnoff nos torturó juntos. Nos tiraron a la parrilla eléctrica, desnudos, amarrados a un somier metálico con aplicaciones de electricidad. También me desnudaron, me golpearon con pies y manos y me aplicaron electricidad, me quemaron con cigarros.
-Cuando se elaboró el informe Rettig, a partir de las fotografías, fueron fácilmente reconocibles. Recuerdo su rostro completo. Su presencia y golpizas eran sistemáticas y eran por castigo también. No sólo era búsqueda de información. A veces nos pegaba sin hacer ninguna pregunta para reemplazar la indefensión absoluta por una actitud de dignidad frente a ellos. Ellos torturan para obtener información y para anular a la persona y cuando no consiguen las dos cosas continúan castigando por no colaborar.
try { Calendario(‘es’,10, 0); } catch(err) {}