Mes: junio 2013
Murió Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo
Fue un emblema de los movimientos de derechos humanos. Sufrió la desaparición de tres hijos, dos yernos y el padre de sus hijos y fue una de las precursoras de la campaña internacional para que se declarara delito de lesa humanidad a la desaparición forzada de personas. Además, interpuso un recurso judicial para impedir que se privatizara el predio de la ex ESMA en los ’90.
“Con tristeza y el compromiso de seguir firmes en la lucha, despedimos a la compañera Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo. Hasta siempre”, señaló la agrupación H.I.J.O.S. Capital en su cuenta de Twitter. En la misma red social, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, escribió: “El dolor que nos provoca la partida de la compañera Laura Bonaparte, lo transformaremos en esperanza, para recordarla y continuar su lucha”.
La vida de Bonaparte, miembro de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora…
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“Quema de libros” de una exiliada en tiempos de la concertación Virginia Vidal
“Quema de libros” de una exiliada en tiempos de la concertación
Virginia Vidal
Un relato fresco que respira autenticidad es “Y salimos a la calle…”, rescate de la memoria de Rossana Cárcamo. Tal título deviene la metáfora más elocuente para aplicarla a un aspecto de la vida de los jóvenes de los años 80 que se comprometieron a fondo en la lucha contra la dictadura. No sólo libros se quemaron entonces, sino también cuerpos juveniles.
El sencillo testimonio que arroja cada página del Diario de Vida de una muchacha que tenía seis años para el golpe de Estado de 1973, se transforma en una página de la historia vivida por millares de chilenos. A estas se suma el otro plano del acontecer cotidiano que permite apreciar la intensidad del compromiso juvenil en la lucha contra la dictadura.
Una simple constatación permite apreciar quién es la autora:
“Me crié bajo la dictadura de las Fuerzas Armadas Chilenas y soy una más de esos miles de niños y niñas que aprendimos a cantar la Canción Nacional con una estrofa que hablaba de valientes soldados, pero cuyo valor radicaba en atemorizar a la población civil, arrestándola, asesinándola y haciéndola desaparecer”.
Hay breves anotaciones sin mayores comentarios que revelan las tristes experiencias vividas por la juventud de los años ochenta: la quema de los libros y de discos a manos de los padres aterrados; los castigos y tremendas amenazas que infligían a sus hijos para que no participaran en las acciones de lucha contra la dictadura:
“Mi papá decidió quemar los libros de mi primo Lucho porque todo lo que fuera soviético o rojo era problema seguro. Lucho era militante de las Juventudes Socialistas y se salvó de las persecuciones de pura suerte.
La humareda asustó a nuestra vecina quién pensó que nos estábamos quemando y quería llamar a los bomberos.
—No se preocupe, estamos quemando basura— le contestaron y todo acabó allí.
El viento se llevaba las ilusiones y los sueños de un pueblo creyente y luchador. Las llamas danzaban abrazando las hojas de los libros y los discos se derretían silbando “Hasta Siempre Compañero”.
Por sobre todo, resulta conmovedora la forma en que la joven le cuenta a su Diario las muertes atroces del 8 de septiembre de 1986. La cotidianeidad de la muerte, la rutina de la muerte son sombras inseparables de esa muchachada.
“Ahora lo más triste, amigo, ha sido el asesinato de algunas personas mediante numerosos disparos a sus cuerpos. Los han sacado de sus casas en la noche y al día siguiente los han encontrado sin su documentación, muertos y tirados por algún sitio eriazo. Ellos son José Carrasco, periodista de la revista Análisis, perteneciente al Colegio de Periodistas y militante del MIR. También otro mirista asesinado es el profesor Gastón Vidaurrázaga. Los otros dos eran comunistas: Felipe Rivera y Abraham Muskatblit. Se conoce que hay más gente detenida, pero no se ha confirmado por la prensa”.
Elocuente es la impresión que sufre la autora después de ver caer con un balazo en la cabeza a Pachi, alumna del Departamento de Música y Sonología de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, cuando va a plantearle la situación al Cardenal:
“Terminada la misa, me dirigí donde los curas suelen sacarse sus vestiduras e interpelo al cardenal Fresno, él me toma las manos y me dice que me calme y yo como si fuera el mismo demonio que me las tocaba, se las arrebaté y le reclamé hasta cuándo él como jefe de la Iglesia chilena iba a seguir tolerando este tipo de atropellos sin decir nada. Le pregunté qué pensaba hacer él, le grité que se pusiera los pantalones de una vez y no recuerdo que otras cosas. Mi amigo y los otros curas deben haber visto en mí el engendro mismo de la rabia y salí de allí con un sentimiento de impotencia y de asco, porque Fresno me había tocado con sus manos timoratas”.
Tampoco están ausentes los sueños de libertad y de justicia plasmados en un poema escrito después de una manifestación callejera que interpreta a un vasto sector. Su ausencia de retórica y de todo calificativo refleja la intensidad de los sentimientos y la sensibilidad para interpretar intensos anhelos:
“Una lágrima de cera
Por los Detenidos Desaparecidos,
Una lágrima de sangre
Por los asesinados,
Una lágrima de dolor
Por los torturados,
Una lágrima de espera
Por los exiliados,
Una lágrima de hambre
Por los cesantes,
Una lágrima de clamor
Por la opresión,
Mil lágrimas sinceras
Por las familias chilenas,
Mil lágrimas vertidas
Por la nación entera,
Por la patria nueva”.
Referencia
Virginia Vidal. ““Quema de libros” de una exiliada en tiempos de la concertación.” Anaquel Austral. Ed. Virginia Vidal. Santiago: Editorial Poetas Antiimperialistas de América. 31 de Marzo de 2009.
< http://virginia-vidal.com/publicados/ensayos/article_314.shtml
“Quema de libros” de una exiliada en tiempos de la concertación
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“Quema de libros” de una exiliada en tiempos de la concertación
Virginia Vidal
Un relato fresco que respira autenticidad es “Y salimos a la calle…”, rescate de la memoria de Rossana Cárcamo. Tal título deviene la metáfora más elocuente para aplicarla a un aspecto de la vida de los jóvenes de los años 80 que se comprometieron a fondo en la lucha contra la dictadura. No sólo libros se quemaron entonces, sino también cuerpos juveniles.
El sencillo testimonio que arroja cada página del Diario de Vida de una muchacha que tenía seis años para el golpe de Estado de 1973, se transforma en una página de la historia vivida por millares de chilenos. A estas se suma el otro plano del acontecer cotidiano que permite apreciar la intensidad del compromiso juvenil en la lucha contra la dictadura.
Una simple constatación permite apreciar quién es la autora:
“Me crié bajo la dictadura de las Fuerzas Armadas Chilenas y soy una más de esos miles de niños y niñas que aprendimos a cantar la Canción Nacional con una estrofa que hablaba de valientes soldados, pero cuyo valor radicaba en atemorizar a la población civil, arrestándola, asesinándola y haciéndola desaparecer”.
Hay breves anotaciones sin mayores comentarios que revelan las tristes experiencias vividas por la juventud de los años ochenta: la quema de los libros y de discos a manos de los padres aterrados; los castigos y tremendas amenazas que infligían a sus hijos para que no participaran en las acciones de lucha contra la dictadura:
“Mi papá decidió quemar los libros de mi primo Lucho porque todo lo que fuera soviético o rojo era problema seguro. Lucho era militante de las Juventudes Socialistas y se salvó de las persecuciones de pura suerte.
La humareda asustó a nuestra vecina quién pensó que nos estábamos quemando y quería llamar a los bomberos.
—No se preocupe, estamos quemando basura— le contestaron y todo acabó allí.
El viento se llevaba las ilusiones y los sueños de un pueblo creyente y luchador. Las llamas danzaban abrazando las hojas de los libros y los discos se derretían silbando “Hasta Siempre Compañero”.
Por sobre todo, resulta conmovedora la forma en que la joven le cuenta a su Diario las muertes atroces del 8 de septiembre de 1986. La cotidianeidad de la muerte, la rutina de la muerte son sombras inseparables de esa muchachada.
“Ahora lo más triste, amigo, ha sido el asesinato de algunas personas mediante numerosos disparos a sus cuerpos. Los han sacado de sus casas en la noche y al día siguiente los han encontrado sin su documentación, muertos y tirados por algún sitio eriazo. Ellos son José Carrasco, periodista de la revista Análisis, perteneciente al Colegio de Periodistas y militante del MIR. También otro mirista asesinado es el profesor Gastón Vidaurrázaga. Los otros dos eran comunistas: Felipe Rivera y Abraham Muskatblit. Se conoce que hay más gente detenida, pero no se ha confirmado por la prensa”.
Elocuente es la impresión que sufre la autora después de ver caer con un balazo en la cabeza a Pachi, alumna del Departamento de Música y Sonología de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, cuando va a plantearle la situación al cardenal:
“Terminada la misa, me dirigí donde los curas suelen sacarse sus vestiduras e interpelo al cardenal Fresno, él me toma las manos y me dice que me calme y yo como si fuera el mismo demonio que me las tocaba, se las arrebaté y le reclamé hasta cuándo él como jefe de la Iglesia chilena iba a seguir tolerando este tipo de atropellos sin decir nada. Le pregunté qué pensaba hacer él, le grité que se pusiera los pantalones de una vez y no recuerdo que otras cosas. Mi amigo y los otros curas deben haber visto en mí el engendro mismo de la rabia y salí de allí con un sentimiento de impotencia y de asco, porque Fresno me había tocado con sus manos timoratas”.
Tampoco están ausentes los sueños de libertad y de justicia plasmados en un poema escrito después de una manifestación callejera que interpreta a un vasto sector. Su ausencia de retórica y de todo calificativo refleja la intensidad de los sentimientos y la sensibilidad para interpretar intensos anhelos:
“Una lágrima de cera
Por los Detenidos Desaparecidos,
Una lágrima de sangre
Por los asesinados,
Una lágrima de dolor
Por los torturados,
Una lágrima de espera
Por los exiliados,
Una lágrima de hambre
Por los cesantes,
Una lágrima de clamor
Por la opresión,
Mil lágrimas sinceras
Por las familias chilenas,
Mil lágrimas vertidas
Por la nación entera,
Por la patria nueva”.
Referencia
Virginia Vidal. ““Quema de libros” de una exiliada en tiempos de la concertación.” Anaquel Austral. Ed. Virginia Vidal. Santiago : Editorial Poetas Antiimperialistas de América. 31 de Marzo de 2009.
< http://virginia-vidal.com/publicados/ensayos/article_314.shtml
Uruguay.Cuarentas años de la huelga general.
red-latina-sin-fronteras.lacoctelera.net/post/2013/06/13/uruguay-cuarenta-anos-la-huelga-general.
13 Junio 2013
Uruguay: A cuarenta años de la Huelga General
BITÁCORA DE UN INCRÉDULO
Alrededor de 1955 la economía nacional entró en picada. Como siempre la clase propietaria intentó volcar el desastre sobre los asalariados y asumieron directamente la conducción de la economía. Su plan era reducir aún más el poder adquisitivo del salario y recuperar la rentabilidad del capital. No les fue tan sencillo concretarlo. Un siglo de lucha social y de prédica revolucionaria consecuente habían preparando a obreros y estudiantes para hacer frente a la ofensiva reaccionaria. Cuando en junio de 1968, Jorge Pacheco Areco lanzó su primer andanada, el movimiento popular ya sabía qué hacer. El abajo luchó y se movilizó aunque fue muy violenta la escalada represiva. Más sangre de obreros y estudiantes derramaba el gobierno, más crecía la resistencia. La bronca popular también se tradujo en expansión del movimiento guerrillero. Cientos de luchadores se plegaron a la guerrilla pese a los duros golpes sufridos.
La toma del cuartel de la Armada, la instalación de la Cárcel del Pueblo y la fuga de Punta Carretas marcaron el momento de mayor peso politico del MLN(T). Para controlar la resistencia popular y destrozar a la guerrilla, los dueños del Uruguay dejaron que las fuerzas armadas fueran ocupando espacios politicos cada vez mayores. Parecía inminente el quiebre de las instituciones y la guerra civil. El surgimiento del Frente Amplio revitalizó la alternativa electoral y parlamentaria, fue el salvavidas de la democracia formal. El elevado grado de conciencia y experiencia alcanzado en la lucha, se canalizó entonces hacia la autorganización de cientos de Comités de Base.
En 1971 el gobierno decretó un aumento del 25% a los salarios públicos y privados. La maniobra logró distender el conflicto y trasladar algunos efectos de la crisis hasta después de las elecciones nacionales de noviembre. En esas condiciones, el deseo de “orden y mano dura” hegemonizó la campaña electoral y terminó triunfando el pachequismo. El país quedó dividido en dos mitades perfectas: “con el pueblo o contra el pueblo”. La victoria electoral legitimó a los más reaccionarios, parecía el momento de tomarse un respiro y esperar mejores condiciones, pero, en una interpretación triunfalista de la coyuntura, el MLN(T) lanzó una ofensiva militar poco entendida por los sectores sociales que simpatizaban con el movimiento. Con ese panorama se ingresó a 1972, año de los actos preparatorios del golpe de Estado.
La previa.
En acuerdo con los grupos más reaccionarios – el llamado “pacto chico”-, en el mes de marzo comenzó a gobernar Juan María Bordaberry. Reafirmó la política económica antipopular. Alentó los atentados y asesinatos por parte de las bandas fascistas de la Juventud Uruguaya de Pié (JUP) y los Escuadrones de la Muerte o Cazatupamaros. Subordinó la policía a los mandos militares. El 13 de abril de 1972, la CNT convocó un paro general que fue masivamente acatado. Al día siguiente, enredado en el mano a mano con la represión, el MLN(T) ejecutó a seis miembros del Escuadrón, pero cayó en una emboscada en la que fueron asesinados ocho compañeros. El gobierno decretó el Estado de Guerra, de “guerra contra todo el pueblo” como la calificaba el documento de julio de 1972 del “Movimiento de Independientes 26 de Marzo”. La primer acción de las fuerzas armadas fue el alevoso asesinato a sangre fría de los ocho compañeros comunistas en el local del Paso Molino. El entierro fue una demostración multitudinaria de indignación.
En el mes de mayo el ejército y la policía (las fuerzas conjuntas) agudizaron la represión. El 18 de mayo el MLN(T) atacó la custodia del general Gravigna y murieron cuatro soldados. El 27 de mayo cayó la Cárcel del Pueblo, un baluarte simbólico. En el mes de julio los parlamentarios, con la sola excepción de los frenteamplistas, aprobaron la ley de Seguridad del Estado. La jurisdicción sobre los presos políticos pasó a los tribunales militares, de hecho se estaba legalizando el empleo sistemático de la tortura. Dos días después Wilson Ferreira Aldunate ya estaba arrepentido de haber votado la ley.
En el mes de julio concentraron en el Batallón de Infantería No.1, conocido como “batallón Florida”, a varios prisioneros que habían sido dirigentes del MLN(T) y estaban recluídos en diferentes unidades. Los sentaron frente a un panel formado por los mandos superiores de las fuerzas armadas más el jefe del ES.MA.CO, coronel Gregorio Alvarez y el jefe del servicio de inteligencia, coronel Ramón Trabal. Solamente por un asunto al que atribuyeran importancia crucial podía reunir semejante plantel. El general Gravigna lo planteó a bocajarro: rendición incondicional del MLN(T) y entrega de Raúl Sendic, el dirigente revolucionario de mayor gravitación política. Ramón Trabal fue el artista creador de esta puesta en escena, la vía más rápida y menos costosa para obtener la victoria. Apoyado por una asamblea de militantes, Raúl Sendic rechazó la rendición e hizo una contraoferta: la paz a condición del compromiso público de las fuerzas armadas con un plan de medidas populares, la primera de ellas una radical reforma agraria. Raúl sacó las “negociaciones” de lo puramente instrumental, elevándolas al plano de lo político e ideológico. Las fuerzas armadas la rechazaron y dieron por finalizadas las tratativas, no querían pacificar nada, se trataba de una simple maniobra y nada más. El balance del primer semestre de 1972, muestra al bloque de poder fortalecido en varios frentes.
Los “ilícitos económicos”
El 4 de agosto la Armada Nacional proclamó su “profundo repudio a cualquier forma de subversión, ya sea la que empuña las armas para asesinar cobardemente, como la que expolia la economía nacional, la que usurpa al pueblo el producto de su trabajo,la que propende a la corrupción moral, administrativa y/o política, la que practica el agio y la especulación en desmedro de la población o la que compromete la sobreranía nacional”. Las fuerzas armadas se embarcaron en una campaña contra los “ilícitos económicos”, operación “limpieza de imagen” y “siembra de confusión” como definía el “Documento de Octubre de 1972” del Movimiento de Independientes “26 de marzo”.
El 24 de agosto fueron conducidos al “Florida” los mismos prisioneros de las “negociaciones” y se les propuso estudiar la documentación capturada al MLN(T) y ayudar a investigar los “ilícitos económicos”. Les prometieron suspender la tortura en todos los cuarteles. No se puede decir que haya sido cumplida la promesa, en el Grupo de Artillería No. 1 (“La Paloma”), por ejemplo, continuaron torturando a compañeras y compañeros mientras otros presos colaboraban en los “ilícitos”. Era más fuerte que ellos, con el mismo placer que torturaban a los “subversivos lo hicieron con los detenidos bajo sospecha de corrupción.
Podía imaginarse que participar en los “ilícitos” servía de apoyo a los oficiales progresistas en su pretendida puja contra la corriente reaccionaria. Forzando aún más la imaginación, se podía especular conque esos oficiales progresistas podrían formar un partido para la transformación económica social y política del país, a imagen y semejanza del proceso acaudillado por el general Velazco Alvarado en el Perú. Sin embargo, en el batallón “Florida” no ocurrió eso: los mismos capitanes que alimentaban expectativas en este grupo de prisioneros, preparaban con el traidor Héctor Amodio Pérez una operación para desacreditar a Wilson Ferreira Aldunate, Enrique Erro, Líber Seregni y otros dirigentes. Los capitanes cambiaban de careta cuando iban del despacho “operación ilícitos” al despacho “operación golpe de Estado”. En cierto momento dieron por terminada la maniobra y escondieron los 40 expedientes producidos por los prisioneros en el coffre-fort de algún general. El 30 de setiembre de 1972 Wilson Ferreira Aldunate informó al general César Martínez, nuevo comandante del ejército, que el golpismo conspiraba a sus espaldas. En un ensayo escrito para la “Fundación Wilson Ferreira Aldunate”, el Capitán de Navío Tabaré Patrón señala que en setiembre de 1972, el coronel Ramón Trabal ya tenía en el bolsillo los borradores que, una vez corregidos por Gregorio Álvarez, jefe del ES.MA. CO, se convertirían en el Comunicado No. 4 el 9 de febrero de 1973. Al tiempo que desarrollaban el “plan ilícitos”, se preparaba la próxima maniobra de dispersión, la del día del golpe de Estado. En octubre el Supremo Tribunal Militar pidió el desafuero de Enrique Erro basándose en testimonios de Héctor Amodio Pérez. Esta primera vez el pedido no llegó al parlamento pero está claro que daba comienzo a la fase final del golpe.
En la página 178 de su obra “La tregua armada” Fernández Huidobro resume su actuación en el”Batallón Florida”: “Nuestro error en 1972 fue haber creído que era posible influir sobre un sector muy grande. Los antecedentes que citamos anteriormente y ciertos hechos que transcurrían ante nuestros ojos, daban para pensar en ello, Nos equivocamos. La experiencia enseñó que si bien es necesaria y debe ser permanente la labor política en el seno de las FFAA, las fuerzas populares no debemos hacernos ilusiones en cuanto a lograr, en base a ello, ganar para el pueblo a sectores importantes y orgánicos de las FFAA. Éstas están concebidas y montadas de tal modo que la rosca dominante nunca va a perder su control. Otra cosa sería suicida. Dicho aún más claramente, ellas son la garantía real y de última instancia que tiene la rosca para cimentar su poder”. Que se sepa influyeron sobre un único capitán que fue sancionado. Demasiado poco para lo que estaba en juego. Ya era tarde además, se había contribuído a crear la ilusión “perunista”, que en las semanas siguientes tuvo consecuencias desastrosas para el movimiento popular. El error en 1972 fue haberse plegado a las iniciativas de los militares, los antecedentes y la experiencia también enseñaban a negarse a las “negociaciones” y a la participación en los “ilícitos económicos”.
1º de setiembre de 1972, Raúl Sendic fue apresado sin entregarse: el balazo de fusil en la mandíbula lo dejó sin conocimiento y, cuando lo iban a rematar, un oficial de la Armada detuvo al soldado: “no lo hagas, no queremos un Ché Guevara en Uruguay”. El MLN(T) que sobrevivió la caída de Raúl quedó sin capacidad de reacción, una de las condiciones “sine qua non” del golpe de Estado.
El golpe de Estado
El 9 de febrero de 1973, el Comunicado No.4 de las fuerzas conjuntas advirtió a la población que en adelante su misión sería “intervenir en la problemática nacional”, garantizar el desarrollo nacional y emprender “la reorganización moral y material del país “. En Panamá les habían enseñado que no eran “una simple fuerza de represión o vigilancia”, tenían un rol político a desempeñar. Redactado por Trabal, el comunicado reafirmaba la decisión irrevocable de aniquilar el marxismo leninismo por ser “incompatible con nuestro tradicional modo de vida”. Aunque muchos leyeran solamente lo que quisieron, nadie podía llamarse a engaño. El 11 de febrero, el editorial de “El Popular” explicaba que “…hay una ‘realidad’ que debe ser cambiada y las Fuerzas Armadas no quieren ser el brazo armado de grupos económicos y políticos que pretendan apartar a las Fuerzas Armadas de sus fines”. Los planteos de los militares eran muy generales y vagos pero el Partido Comunista afirmaba que estaban inscriptos en la corriente general que querían cambiar el modelo de la oligarquía y el imperio e imaginaban alianzas con las corrientes progresistas de las fuerzas armadas.
El 14 de febrero de 1973, en la Base “Boiso Lanza” de la Fuerza Aérea, el presidente constitucional y los mandos de las fuerzas armadas pactaron lo esencial de la doctrina política que rigió al Uruguay los doce años de dictadura. El pacto se concretó en la creación de una nueva institución del Estado, el Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), que Bordaberry definió como “cauces institucionales apropiados para la participación de las FFAA en el quehacer nacional”. En realidad los golpistas no debieron esforzarse mucho para convencerlo, el novel presidente era el más fascista de todos. Entre la hojarasca levantada por los comunicados, podía entreverse al terrorismo de Estado abriéndose paso y tomando los resortes de poder.
Al otro día del pacto, la Mesa Representativa de la CNT declaró que la huelga general sólo podía ser convocada “en la medida que contribuya a avanzar a favor de los intereses populares y en el cumplimiento del Programa de Soluciones a la crisis”. De hecho la postergaron cinco meses. La tendencia mayoritaria de la CNT, los demócratas cristianos, un sector del socialismo y la mayoría del Partido Comunista, se ilusionaron con el “perunismo” tanto como los prisioneros del “Florida”. Quienes no se engañaron fueron los militares que se habían sumado a las filas del pueblo: Montañez, Zufriategui, Aguerre y Licandro. El general Seregni percibió la maniobra pero terminó aceptando la opinión mayoritaria. Don Carlos Quijano alertó sobre los peligros del militarismo desde el semanario “Marcha” y los famosos “Cuadernos”.
En Uruguay no hubo un día “masacre” como el de Chile, donde el 11 de setiembre de 1973 el ejército disparó sobre la gente a mansalva, arrasó las poblaciones y los cordones industriales y asesinó al compañero Salvador Allende. La “técnica a la uruguaya” hizo pasar disumulado el golpe del Boiso Lanza, oculto por el humo de las operaciones de inteligencia. Al disimulo ayudó la complicidad del “pacto chico”, cuyos integrantes lo revistieron con una pátina de “civilismo”, hipocresía tan propia del país de los amortiguadores. Con el respaldo del imperio, los dos brazos de la oligarquía (el armado y el político) ya estaban en condiciones de arrollar al pueblo que se resistía a dejarse robar impunemente su poder adquisitivo. El golpe de estado estaba dado en febrero de 1973.
Se disipa el humo…
Con el golpe se instaló un régimen muy propio del país de los amortiguadores: una dictadura que coexistía con las organizaciones sociales, los partidos políticos y el parlamento. Los mandos apostaban a manipularlas mediante el temor y nuevas maniobras de inteligencia, pero el engendro apenas pudo sostenerse cinco meses. En ese lapso, los conflictos y luchas se sucedieron, contra la “ley Sanguinetti” en la enseñanza, la huelga de la mutual de futbolistas, la marcha a Montevideo de los obreros textiles de Juan Lacaze, la ocupación de viviendas en el barrio de Cerro Norte severamente reprimida y desalojada brutalmente por el ejército. El punto culminante fue el 29 de marzo, un paro general con ocupaciones de fábricas y centros de estudio, mitines barriales y paralización casi total del Estado. La multitud llenó la Avenida del Obelisco a la Universidad. La CNT les informó que se había reunido con la junta de comandantes y con Gregorio Álvarez . En sus memorias, Pepe D’Elía explica que la intención de la mayoría de la CNT era tender una mano a los militares “progresistas” para impedir que los arrastrara la oligarquía. En aras de esta fantasía se postergó el llamado a la huelga general en rechazo del golpe de Estado. La CNT demoró cinco meses en cumplir con la resolución del Congreso del Pueblo y del programa fundacional de la CNT. El 9 de abril, la casquivana junta desairó a los ilusos: “…si la CNT reconoce la identidad de sus objetivos con los expresados por las fuerzas armadas….éstas entienden que los caminos preconizados por ambas instituciones son irreconciliables”. Por su parte, la “tendencia combativa” sostenía que los gorilas seguían siendo gorilas aunque se vistieran con la seda del comunicado No. 4. Adrián Montañez presentó una Plataforma de Acción Inmediata que fue rechazada por la mayoría que, en cambio, pretendió que el 1º de mayo de 1973 fuera “festivo,optimista y de alegría”, que no incomodara a nadie. Sin embargo, las consignas que corearon las decenas de miles que concurrieron al acto, fueron muy duras y poco amistosas hacia el golpismo cívico militar. Ya existía el clima subjetivo que autoconvocó a la huelga general en junio.
En marzo Wilson Ferreira Aldunate denunció la venta de las reservas de oro del Uruguay y casi llegó al juicio político a Bordaberry. El parlamento se convirtió en caja de resonancia de las denuncias sobre corrupción y violaciones a los derechos humanos. La junta de comandantes arremetió contra el parlamento que tampoco se dejaba amedrentar. El 25 de abril Bordaberry exigió el desafuero del Senador Enrique Erro por supuestas vinculaciones con el MLN- T y la cámara de diputados lo rechazó por un voto de diferencia. Bordaberry y la junta de comandantes jugaron a dejar aislada a la bancada del Frente Amplio pero la maniobra fracasó. La coexistencia había llegado a su fin. La Justicia Militar intentó procesar al senador Amílcar Vasconcellos por su discurso titulado “febrero amargo”. Hizo detener al capitán de navío Omar Murdoch, presidente del directorio del Partido Nacional. En mayo Ferreira Aldunate denunció la “operación enchastre”: un libro del traidor Héctor Amodio Pérez acusaba de estar vinculados al MLN(T) al propio Wilson y a Seregni, Zelmar Michelini, Gutiérrez Ruiz y, por supuesto, a don Enrique Erro. Fracasada también esta maniobra, el 1º de junio el gobierno reimplantó las medidas prontas de seguridad. El grupo de Jorge Batlle rompió con el “pacto chico” y los aislados fueron los sectores que apoyaban el golpe. En la madrugada del 27 de junio de 1973, Bordaberry disolvió el parlamento. El humo del “progresismo perunista” se había disipado.
A la seis de la mañana, los turnos entrantes ocuparon los centros de trabajo, un poco más tarde lo hicieron los estudiantes y la CNT convocó a la huelga general. La lucha popular había despejado las confusiones y falsas expectativas, el pueblo asalariado ganó las calles, fue el momento estelar de su historia.
Las fuerzas armadas en disputa
Para muchos la declaración de la Armada y el comunicado No. 4 demuestran la existencia de una corriente perunista liderada por Trabal y Álvarez y enfrentada a las logias reaccionarias en la interna militar. Esa lucha de fracciones sirvió de base a muchas decisiones políticas de diferentes partidos y organizaciones sociales. Sin embargo el progresismo adjudicado a Álvarez demostró ser pura fantasía y, según confirma el compañero Pedro Aguerre (padre), sería bastante falso calificar de “perunista” a Trabal. A cuarenta años de los acontecimientos se puede ver que la interna militar estaba agitada por múltiples contradicciones -como todas las internas militares del mundo y de la historia- pero que ellas no pasaban de ser matices en una estructura muy cohesionada por la Doctrina de Seguridad Nacional y el odio al comunismo internacional. Diferencias que nunca fueron suficientes para quebrar la unidad de mando. Entre los mandos militares de 1973 no hubo un general Torrijos como en Panamá ni un general Torres como en Bolivia. Aunque esa fuera la ilusión esperanzada de muchos.
Las técnicas de manipulación de la opinión pública han sido parte de las estrategias político militares desde la antigüedad. Sun Tzu las recomendaba, von Clausewitz también y asimismo Lidell Hart. Kissinger, la CIA y la CNN obtuvieron excelentes resultados, las usaron para ocultar al pueblo norteamericano las barbaridades que se cometían en Vietnam e impedir que supieran que estaban perdiendo la guerra. Si los EEUU fueron capaces de convencer al mundo entero de que Saddam Hussein escondía armas de destrucción masiva en Irak… qué tiene de extraño que algunos oficiales uruguayos convencieran de su “progresismo” a los dirigentes de la izquierda uruguaya?. Primero fueron las “negociaciones”, después los “ilícitos” y finalmente el Comunicado No. 4, una secuencia de maniobras con las mismas características, destinadas a encubrir los objetivos reales de las fuerzas armadas y a diluir las posibles resistencias. Lecciones de uso táctico de las “cortinas de humo”. Sin embargo, a muchos les duele reconocer la trampa en que cayeron y actualmente son los principales interesados en que perdure la hipótesis “fuerzas armadas en disputa”. Solamente cabe desear que su nuevo “error” tenga consecuencias menos trágicas que el error de 1972.
Jorge Zabalza
zurdatupa@gmail.com
Alejandro Fernandez, el nieto de Allende. Identidad Construida
The Clinic: Alejandro Fernandez, el nieto de Allende.
Alejandro Fernandez, el nieto de Allende
“Me gusta el Allende que se toma su vaso de whisky en la tarde, con los amigos”
Este jueves 26 de junio Alejandro Fernández por primera vez dio un discurso en honor a Salvador Allende para la comunidad latina de Auckland, en Nueva Zelanda, donde vive hace años. Al teléfono, cuenta que aún no sabe que escribir: no conoció a su abuelo y ha pasado buena parte de su vida recolectando historias sobre él. Es hijo de Beatriz, la más política de las hijas de Allende. Cuando él tenía 4 años ella se suicidó, incapaz de soportar la vida sin el líder de la UP y Alejandro quedó en Cuba, con su hermana a cargo de Mitzi Contreras, la hermana de la Paya, la más famosa amante de Allende. Creció bien cuidado y querido, pero con la presión social de ser el nieto varón de un ícono. Le costó años humanizar esa figura y a aceptar que no tenía por qué responde a las expectativas que toda la izquierda tenía en él. Alejandro se asumió gay y si ahora, por primera vez va a hablar en público, es porque ha aceptado quién es y también quién es Allende. Y pobre del que hable mal de su abuelo.
Por Verónica Torres Salazar
¿Tienes algo de tu abuelo?
Tengo una especie de medalla que se la pelé a mi abuela que dice “Partido Socialista de Chile, Congreso de Mujeres”. Eso es lo único porque si vas a mi pieza no hay nada de Allende. Hay sólo una tele, un closet y chao. Quizás es porque es un tema no resuelto y doloroso.
¿Cuándo empezaste a saber de él?
Siempre, porque en Cuba Allende era una leyenda y los cubanos lo querían y los chilenos en el exilio también. Pero entre ellos había una especie de resentimiento. Incluso, los cubanos increpaban a los chilenos porque habían dejado solo a mi abuelo en La Moneda. Les preguntaban “qué pasó el 11 de septiembre”. Yo estaba internado en una escuela que se llamaba “Solidaridad con Chile” donde había muchos hijos de refugiados políticos y me acuerdo que los nicaragüenses me decían que la escuela se debería llamar “Solidaridad con Nicaragua”. Había una especie de celo con Chile y yo estaba en el epicentro de algo…Era súper loco porque la gente te decía puras hueás como “tienes que sacarte súper buenas notas en honor a tu abuelo”. Pero a mí me cargaba la escuela y era seco para los torpedos, además de disléxico.
¿Había muchas expectativas sobre ti?
Mira, una vez estaba con un amigo que me dijo que tenía 5º dólares y en esa época tener dólares en Cuba era ilegal, pero este loco los tenía y quería comprar en un supermercado y para eso tenías que tener una tarjeta que él no andaba trayendo y yo sí, entonces fuimos a comprar puras hueas y vamos saliendo del súper y un paco culiao me dice “¿Dónde está el recibo?” y yo no podía encontrar el papel de mierda así que le digo “no sé” y nos lleva de vuelta al súper y llama al director de la hueá y le digo que había perdido el recibo y me toma la tarjeta y me dice “¿Tú eres familiar de Allende?”. “Sí, soy su nieto”. Entonces responde “sería una vergüenza que el nieto de Allende le esté robando a la revolución”…
¡No!
Ja, ja, ja. Yo quedé pa’ adentro y le dije que estaba haciendo una acusación muy grave porque no tenía pruebas. Entonces, fue donde la cajera y se confirmó que habíamos pagado, pero el paco igual nos agarró mala y nos llevó presos. Tres horas después mi papá me fue a sacar de la comisaría. Pero eso de “sería una vergüenza que el nieto de Allende le estuviera robando a la revolución” nunca se me olvidó porque es era el tipo de presión, ¿cachay? Era loco porque para mí él era una especie de cocepto, no una persona con la cuál me pudiera relacionar. Yo rescate la figura del “allende abuelo” cuando llegue a Chile gracias a la Tencha y a la Isabel que me hablaron de él.
¿Qué te contaban?
Que era bueno para el helado, que era súper buen papá, que iba a la casa de una migo y le decía “oye, que linda la chaqueta” hasta que le terminaban regalando la chaqueta y si no, se la robaba literalmente, que era sibarita y yo también soy así. Era un Allende pícaro, padre de familia…
El año pasado, Gloria Gaitán dio una entrevista a The Clinic y contó que esperaba un hijo de Allende, un hijo que ella perdió y que Allende quería que fuera hombre para trascenderlo.
Yo nunca escuché sobre Gloria Gaitán y para mi esa historia fue una sorpresa. Así que la contacté vía Internet, porque quería escuchar de ella, otra idea sobre Allende. Me dijo que lo quería muchísimo y que fue muy duro para ella la pérdida de él y del hijo.
¿Se sorprendió con tu e-mail?
Se alegró porque yo la contacté por algo que vengo haciendo desde que nací: tratar de reconstruir quién fue Allende. Esa es mi búsqueda personal, una que no sólo hago a través de gente que lo conoció sino que a través de gente anónimo. Cuando voy a Chile, me hago pasar por una venezolano y empiezo a preguntarle a los taxistas, así como haciéndome el hueón “oye, aquí hubo un golpe militar” y escucho lo que dicen de la UP; aunque sea negativo o positivo, porque hay gente que adora a Allende y otra que te habla de las colas y de que Pinochet debió asesinar a todos los comunistas…
¿Qué respondes?
Nada, porque cuando estoy con mi personaje de venezolano es como ser otro, entonces, sólo escucho, pero yo, realmente, no puedo escuchar a nadie que hable mal de mi abuelo porque tengo una conexión emocional con él. Entonces, esto del venezolano es casi una experiencia sociológica porquepara mí Allende es una especie de obra en construcción, a la que todavía no le tengo una definición exacta porque hay muchos Allendes, no hay uno solo.
¿Cuál te gusta más?
Me gusta el Allende que se toma su vaso de whisky en la tarde con los amigos, el que siempre fue a ver ala Mama Rosa –que fue la persona que lo crió-, incluso con todo lo ocupado que estaba en la UP.
¿Hubieses preferido que el 11 no existiera?
Una de las cosas que aprendía es que es mejor aceptar las cosas que no puede cambiar. Me parece infantil decir “ojalá que esto no hubiese pasado”, porque eso pasó y uno tiene que seguir adelante.
Pero tu mamá se suicidó porque no soportó dejar a tu abuelo en La Moneda, solo. ¿No sentiste rabia?
Mi mamá ha sido un personaje recurrente en mi vida, pero era el Alejandro de los quince años el que la echaba de menos y le tenía rabia. Ahora yo estoy en paz con todo eso porque escuchar las historias de otra gente que ha sufrido, también me ha ayudado.
CUBANO BUENA ONDA
Alejandro, al medio de la foto, con corte de príncipe valiente, vestido de pionero cubano.
Viniste a Chile en los 90. ¿Qué te pareció este país?Yo llegué con miedo. Decía “los milicos me van a agarrar en el aeropuerto y me van a torturar hasta que les de asco”. Porque Chile, para mí, era sinónimo de maldad y muerte. Pero al llegar tuve uno de los momentos más bonitos: cruzar la cordillera. Porque en Cuba los exiliados siempre hablaban de la cordillera, entonces cuando la vimos con mi hermana nos garramos de la mano, hasta que aterrizamos. La primera cara que ví fue la de mi tía Isabel, que estaba adentro del auto con mis primos esperándonos. Ahí me relajé porque no aparecieron los monstruos ja, ja… Pero igual fue como bajarse de la micro y decir “dónde estoy”, porque la realidad cubana y la chilena, no pueden ser más distintas. El Chile que yo conocí era una sociedad totalmente arribista, neoliberal, donde la gente estaba orgullosa de los edificios de cristal, de los malles, cuestiones que para mi eran tonteras y no indicadores de crecimiento. Me acuerdo que estuve perdido por años y me costó entender como funcionaban los partidos políticos, los poderes del estado. Además había mucha violencia. Se hablaba de la mujer metralleta y del grupo Lautaro y a mi me llamaba la atención cómo la derecha usaba estos temas para manipular las elecciones a través del miedo, de la delincuencia.
¿Dónde vivías?
En la población “Santiago” que está ubicada en General Velásquez al lado de la población “Los Nogales” y eran poblaciones bravas. Me fui a vivir con un amigo, el “Tato”, que había sido torturado a los 15 años frente a su familia. Obviamente, el 11 de septiembre quedaba la cagá en la pobla. Se hacían hogueras y se cortaba la luz. Algunas personas sabían que yo era el nieto de Allende y me decían: ¡compañero, ídolo! Eso me impactó y también me impactó la pasta base, el hambre y la solidaridad de la gente. Si alguien no tenía electricidad le tiraban un cordel para que se colgara, lo mismo con el teléfono. Era una especie de cadena de sobrevivencia. Estuve un año en la pobla y de ahí me fui a vivir con la Tencha a Providencia. Antes estuve con la Isabel Ropert – la hija de la Paya- en el Cantagallo, así que lo experimenté todo.
También te cambiaste del Arcis a estudiar periodismo en la universidad Andrés Bello.
Yo soy una persona de izquierda, pero también soy crítico, entonces, llegué de Cuba donde siempre te machacan lo mismo “que la revolución” y paré en el Arcis, que era súper buena, pero que estaba todavía con el fantasma del Lautaro, con la iconografía, con el discurso, yo yo te juro que quería escuchar algo nuevo. Por eso me cambié. En esa época, la Andrés Bello era una universidad más pluralista, aunque ahora me parece que está más UDI, y al tiro fui el cubano buena onda que podía andar con los hippies y fumar pito, con los de izquierda y también con los cuicos, de derecha. Me acuerdo que iba a estudiar a la casa de una amigas cuicas a Las Condes y preparábamos comidas ricas, tragos, y nos cagábamos de la risa porque yo podía adaptarme a esas personas porque eran muy humanas y producto de la sociedad en que crecieron, pero aparte de eso ellas eran excelentes personas. Por eso, no tuve ninguna contradicción: fueron mis amigas cuando pensábamos distintos. Es que yo estaba totalmente abierto a vivir esas experiencias.
¿Nadie se escandalizó por tu apellido?
Una vez una profesor dijo ya “vamos a hacer un homenaje al apellido de las madres” y empezó a pasar la lista, pero usando el segundo nombre y el apellido de la madre, hasta que llegó a mí y dijo “¡SALVADOR ALLENDE!”, porque yo me llamo “Alejandro Salvador Fernández Allende” y yo dije ¡“PRESENTE!” y hubo un silencio así como ¡guau!. Pero yo nunca hablé demasiado sobre mi vida para no tener que pegarle un combo a alguien. Porque yo no le iba aceptar ninguna hueá a ningún hueón.
Desde Chile, ¿cómo veías Cuba?
Quiero que quede claro: yo apoyo Cuba, soy un admirador de Cuba, pero tengo críticas y a medida que fui creciendo comencé a cuestionarme. Hubo un caso muy paradigmático cuando detuvieron a varios generales y uno de ellos, de apellido “De La Guardia” que al final lo acusaron de traición a la patria. El juicio fue una especie de circo que se mostró en la televisión. Ahí yo dije “aquí hay algo raro” y me tocó de cerca porque conocí al general porque estuvo en Chile durante la UP y a él lo fusilaron. Me dolió ene porque era amigo de la familia. Ya después viajé a México a ver a la Tencha y ella me incentivó a leer otra prensa. Ahí me empezó a molestar que en Cuba la gente no tuviera la oportunidad de tener otros partidos políticos, de salir, de leer. Que existieran presos políticos, eso era algo que no entendía.
¿Qué piensas de Fidel?
Que es una figura histórica. Tal vez la más importante de Latinoamérica. Lo admiro porque hizo una revolución socialista a 50 millas de Estado Unidos, pero no concuerdo con todo lo que piensa. Tampoco soy un revolucionario. Soy más bien de izquierda moderada, algo así como un “renovado” Igual tengo una relación muy afectiva con el MIR. Mi mamá Mitzi (hermana de Paya) era militante y me hablaba de este grupo que estaba “in” donde todos eran guapos, jóvenes, profesionales y estaban dispuestos a morir por construir una sociedad mejor. Lo encontraba súper atractivo. Siempre admiré a Miguel Enríquez. Yo leía harto sobre eso, pero después cuando llegué a Chile fui a ene protestas con mi hermana. Recuerdo que fui a una a Valparaíso cuando Pinochet volvió de Londres y tuvo el descaro de entrar al parlamento. Ahí quedó la cagada y aprendía lo que eran las bombas lacrimógenas porque las protestas en Cuba yo las veía como una realidad virtual. Y fue también donde conocí a un gallo, el Che de los Gays, que hacía una performance donde se paseaba con unas patas de chancho, pintado con rush, entre medio de la gente, y yo decía “puta que hueón más valiente” porque aunque la mayoría era de izquierda no significaba que no fueran homofóbicos.
LOS MINOS
¿Te costó decir que era gay?
Si porque Cuba era una sociedad bastante homofóbica. Sobre todo en el mundo revolucionario del que yo venía. O sea, gay, era una hueá que simplemente no podía pasar. Me acuerdo que halaba con Dios y le decía “ puta, me quitaste a mi mamá, mandaste a mi familia al exilio, mi abuelo ya no está y ahora la hueá de la homosexualidad:¡esto no!” Entonces hice un pacto de nunca más hablar con nadie de aquello. Me sentía bajo mucha presión, además tenía el apellido Allende, era súper difícil.
¿Tu viejo – que era revolucionario- cómo lo tomó?
Yo le conté a mi viejo porque llevé un compadre a la casa y él me preguntó si habíamos dormido juntos y yo le dije que si po, entonces para suavizarle las cosas le dije que era bisexual. Ahí me dijo, “déjame hablarlo con mi esposa”. Mi papá como buen cubano, se casó 5 veces y había trabajado en la policía. En ese tiempo se necesitaba permiso en Cuba para hacer fiestas y un día llegaron unas lesbianas a ala estación de policía. Mi ppá les dio permiso y de buena onda las locas lo invitaron a la fiesta y él fue con un amigo paco, pero habían montones de gays y lesbianas, entonces su compañero se perdió y mi viejo dice que cuando abrió la puerta de la pieza ¡el paco se estaba dando un beso con otro compadre! Nunca más volvieron a tocar el tema y dejaron de ser amigos. Así era la hueá en Cuba. De ahí que para él fuera tan difícil aceptarlo. Pero ahora es pro gay. Cuando se legalizó el matrimonio civil en Suecia, mi viejo me mandó una carta diciéndome “felicidades, ahora te puedes casar”.
¿Cómo viviste tu homosexualidad en Chile?
Era una paranoia tremenda. Estaba completamente negado y salía con unas minas, pero siempre me sentí incompleto porque sabía que me estaba mintiendo y que jamás iba a funcionar. Tuve una polola, que fue una escándalo en la universidad, porque tenía 40 años y estaba recién llegada del exilio y yo acaba de llegar de Cuba, ¿cachai?. Ella empezó a darme clases privadas de derecho en su casa hasta que me dijo que yo le gustaba. Estuvimos un año juntos y un día me dijo: “tú tienes algo diferente, ¿has pensado en las posibilidad que puedes ser gay?”. Nosotros teníamos una relación súper abierta. Con ella yo podía ser yo, entonces le dije, “quizás” y respondió “sé tú”. Era bien generosa, pero yo no le confirmé nada. Después empecé a ir al Paseo Ahumada donde hay mucho ¿cómo se llama? ¡Miradoras! Hay una huevá con las miradas, entonces, a veces me paseaba y me miraba, era una especie de juego lúdico. Hasta que un día me llené de valor y fui a la Bunker y a todas las discos gays. De hecho me encontré con gente de la universidad. Entonces me acuerdo que caí preso en una redada que se hizo en el Bokhara, cuando estaba Pinochet en Londres y había una hueá súper tensa. Nos llevaron a una comisaría y nos pusieron de rodillas con las manos en la cabeza.
Has dicho que la Paya era tu abuela también ¿cómo le contaste que eras gay?
Lo de la Tencha fue más divertido porque estaba viendo tele cuando se lo dije, pero a la Paya se lo fui a decir especialmente. Nos estábamos tomando un vino y le conté po’. Ella fue súper comprensiva porque siempre tuvo hartos amigos homosexuales. Ese día no brindamos pero me dijo que me cuidara, que estaba todo bien. Me dijo lo que te diría una abuela porque quería que me sintiera apoyado.
¿Por qué decidiste dar una entrevista a La Tercera y contar, públicamente, que eras gay?
Porque Chile es un país que tiene muchas contradicciones. Si bien ha habido avances, todavía pasan cosas como las de Karen Atala que pierde a sus hijos por ser lesbiana, todavía hay lesbianas que las echan de los colegios y pacos que pierden su pega por tener una relación sentimental. Hay una negación total, lo cual es contradictorio sobre todo si ves las estadísticas que dicen que “gay” es la palabra más buscada en Google por los chilenos. Ahí te das cuenta que hay una morbosidad porque no creo que sean sólo los gays los que buscan la palabra gay. Si Chile tiene más discotecas gays que Australia, ¿entiendes, o no? Ja, ja, ja… Y Australia es una país, tremendamente liberal. Por eso, dar esa entrevista fue aportar un grano de arena al trabajo que han hecho instituciones como el Móvil. También lo hice en honor a esa generación de chilenos que se mamó la dictadura y que después en democracia a tenido que dar esta pelea por ganar derechos para las minorías sexuales.
¿Te tinca ser el “compañero Alejandro por las minorías sexuales”?
Ja, ja. El activismo es una idea que no descarto porque a mí me interesa el tema de las minorías. En Chile me parece que hay una deuda histórica con la nación Mapuche y esas son cosas que en países como Nueva Zelandia no pasan.
¿Por qué te fuiste?
Estaba recién salido de la universidad y pensaba que “chucha hago” porque en el fondo el periodismo me carga: Y menos podía hacer carrera en un lugar en donde los medios están en manos de la derecha económica. Así que carreteé todo un año hasta que decidí ir a estudiar un postgrado a España, pero justo conocí a un mino en una disco, que era piloto de Nueva Zelandia, y me vine con él. Al principio llegué acá y no sabía ni jota de inglés, así que los primeros meses me metía a una escuela a aprender. Pasaba sólo, él siempre estaba viajando y al año nos separamos. Entonces me vine a vivir a Auckland y acá hice de todo, menos de puta: trabajé haciendo pizzas, limpiando pisos en hospitales, cuidé gente con problemas de autismo, fui maestro en la construcción y despachador de cabina en Lan Chile. Ahora recién tengo un buen trabajo en una empresa de telecomunicaciones.
Es más relajado ser gay allá imagino…
O sea, acá tu sexualidad no viene al caso. Obviamente, hay gente conservadora, pero en general la gallá, es súper relajada, y hay leyes que te protegen en el trabajo. Acá conozco a pacos que son gays y ni un problema. De hecho en mi trabajo, todo el mundo sabe que soy gay. Acá incluso te puedes casar con tu pareja.
¿Y cuándo te casas?
Mira tengo un novio que se llama Ramón, es neozelandés, pero no vivimos juntos, porque me carga vivir juntos, además estoy muy joven para casarme ¡tengo 34 años! Me pueden pillar todos los amantes que tengo, ja, ja, ja.
Te salió el Allende picarón ¿te va bien con los minos?
Sí, sí, no me va mal. O sea, frustrado no estoy, pero no me gusta la gente pinturita ni tampoco busco la belleza física, soy bastante maduro en ese sentido.
TENCHA, PAYA, BEATRIZ Y GLORIA
En el patio de su casa en Cuba. Alejandro abrazado a Mitzi (“la persona más importante en mi vida”, dice) y a su hermana Maya.
Eres hijo de Beatriz Allende, la Tati, la hija más política de Allende ¿Qué te han contado de esa relación?
Para mi mamá Allende era el epicentro de su vida. Él era un gran seductor y mi vieja lo amaba y él la quería como quería a sus tres hijas. Pero entre ellos había una complicidad política porque ella trabajó con él en el gobierno y ella era una persona de extrema confianza al igual que la Paya.
Leí que al Che Guevara le presentaron a tu mamá como la hija de Allende y ella respondió “no, soy Beatriz”.
Es que tenía una personalidad súper fuerte. Desde los 20 años que estaba comprometida con la revolución porque creía que era la única alternativa para terminar con las injusticias no sólo en América Latina, sino que en el mundo. Yo creo que Beatriz estaba en el PS por lealtad a su padre, porque mi mamá tenía una filosofía más MIR. De hecho tenía muchos contactos con la cúpula del MIR, que era un grupo muy seductor: porque eran jóvenes, hermosos, tenían ideales y asaltaban bancos para hacer la revolución. Era donde se tenía que estar. Por eso, siempre los apoyó, como también apoyó a todos los ejércitos de liberación nacional. Sacaba a los miembros que estaban siendo perseguidos y los entraba a Chile, y en Cuba tuvo preparación militar porque mi vieja creía que la vía armada era la alternativa correcta para hacer la revolución. Estaba muy entregada, por eso, me dio un poco de rabia el libro que sacó Roberto Ampuero que se llama “Nuestro años verde olivo” donde dice que el suicidio de Beatriz y Laura (hermana de Allende) tienen que ver con la desilusión de la revolución cubana. Eso es una mentira feroz. Porque para mi mamá la revolución fue lo primero y la prueba de eso es que nos dejó en Cuba.
La imagen de tu mamá entrando a La Moneda embarazada de ti, con armas, la retrata como una mujer dispuesta a todo.
Si po’, es casi un drama shakesperiano. Y el suicidio de mi mamá tuvo que ver con eso, con el ocaso de la UP, con esto de no haber muerto junto a su padre, porque Allende convenció a las mujeres que salieran. Mi mamá nunca superó eso. Imagínate lo terrible que debe haber sido para Allende ver a sus dos hijas ahí. Yo no soy padre, pero si me están bombardeando la casa y llega mi hija embarazada la saco de inmediato. Si la única mujer que quedó fue la Paya porque se escondió. Porque mi abuelo quería evitar el derramamiento de sangre inocente, porque frente a una ejército regular no era mucho lo que podían hacer, era una masacre.
¿Por qué Beatriz te dejó a tu hermana y a ti a cargo de Mitzi Contreras y no de tu abuela Tencha?
Porque como te dije creo que mi mamá quería que nos criáramos en Cuba y mi abuela en esa época se fue a México y pasó a ser la cabeza de la resistencia chilena denunciando los crímenes de la dictadura. Mi mamá era muy amiga de la Paya y cuando decide suicidarse dejó una carta que yo leí donde le pide a la MItzi que nos crié porque vio en ella a una persona de características éticas y morales intachables. Yo tenía cuatro años y sólo recuerdo a la Tati una vez que me corchetié un dedo y ella me lo sanó. Entonces, ni siquiera sabía de la muerte, pero muy adentro mío entendí que nunca más iba a verla y aprendí a vivir con ese dolor y me entregué a Mitzi como mi mamá. Nosotros vivíamos en Cuba a unas cuadras de las casa de la Paya y con mi hermana íbamos a ver películas. En su pieza, la Paya tenía hartas cosas de la UP, videos y fotos de Allende, pero hablaba poco de él porque era un tema que le dolía. A veces me decía que era buenmozo, un gran político.
¿Sabías de su relación de amor?
Yo lo supe de chico porque era un tema que se hablaba abiertamente. Se conocieron cuando eran vecinos. Fue una relación que evolucionó por muchos años, porque la Paya se fue con su marido a Europa. Yo creo que mi abuelo vio en ella a una mujer leal que tenía una belleza no convencional, que era elegante, extremadamente culta, seductora, atractiva, una persona muy completa e inteligente.
¿Por qué tu abuelo no se separó de Tencha?
Porque a mí no me cabe la menor dudad que mi abuelo amaba a mi abuela. Él era una persona de familia y te lo digo por la forma en que vivía, porque a pesar que tenía una agenda muy apretada siempre había un lugar para los almuerzos familiares, para hacerle regalos a las hijas cuando viajaban. La verdad creo que se trataba de personas sumadamente complicadas sicológicamente, pero la manera en que ellos eligieron vivir pasa en todo Chile. El único tema era que Allende era jefe de Estado… Pero otros jefes de estado también han tenido relaciones “extramaritales”. Además gracias a eso yo soy doblemente afortunado, tengo dos familias: una con la que me crié que fue la de la Mitzi con la Paya, y después, al volver a Chile, viví 9 años con mi abuela Tencha, entonces, son dos mundos donde el punto de unión éramos mi hermana y yo.
Pero en la Fundación Allende no hay ninguna mención a la Paya y tu abuela es la presidenta.
Ellas no eran amigas y no tienen por qué serlo. Ahora me parece que la Fundación la dirige Isabel y desde ya te digo que no estoy de acuerdo. Pienso que la Paya se merece un reconocimiento formal por todo el rol que jugó. Estamos hablando de la única mujer que vio al presidente muerto, que salió de La Moneda con el acta de la Independencia que después fue quemada por los militares. Pero desde ya te digo: mi abuela nunca se ha referido a la Paya en malos términos. De hecho cuando vivía en Chile yo iba a almorzar con la Paya una vez a la semana y mi abuela me decía “¿dónde vas?”, “voy a ver a la Paya”, “bien”. Recuerdo que cuando murió Sola Sierra y la Paya se puso a llorar. Fue la primera vez que la ví llorar, entonces volví a la casa y mi abuela me preguntó cómo estaba ella. Creo que las dos se respetaban.
Allende marcó la vida de muchas mujeres. ¿Por qué?
Mi abuelo era un líder innato y tenía una capacidad de seducir muy humana. Ahora último, eso sí, creo que hay una obsesión con Allende y su vida personal, ja, ja. Hace poco leí un libro que escribió Labarca donde retrata a Allende como un hombre familiar que tenía un mundo aparte y ahí aparece también el episodio de Gloria Gaitán.
¿Qué te parece que Alende haya querido tener un hijo hombre con Gaitán?
Allende ya sabía que el golpe venía y creo que celebró el embarazo porque para alguien que sabe que va a morir tener un hijo es símbolo de continuidad, de esperanza. Ahora lo del hijo “hombre” es algo tan personal… Si tu me preguntas, yo no creo en los apellidos, y menos viniendo de una tradición de familia de izquierda. Esa fue una de las razones por las cuáles me los invertí, porque no creo en las aristocracias. Ahora ¿sobre el hijo que no pudo ser? Bueno, otro drama más de lo que fue esa época negra en la historia de Chile.
ALLENDE STYLE
¿Has escuchado las últimas palabras de tu abuelo?
Millones de veces y se me pone la carne de gallina porque son palabras dramáticas, que lo describe muy bien. Porque sabiendo que va a morir, él dedica todo a la mujer chilena, a los trabajadores. O sea, piensa en los otros antes de sacrificarse. Ahora hay una película que se llama “1973 revoluciones por minuto” que trata del diálogo que tiene Allende en su cabeza las horas finales del golpe de estado donde hace un recuento de toda su vida. Me gustaría verla porque yo siempre me imagino que habrá estada sintiendo, que imágenes habrá tenido, porque se trata del desenlace de toda su vida y quedarse en La Moneda era un pésimo lugar desde el punto de vista estratégico porque no había escapatoria. A veces me pongo a pensar y me gustaría quitarle un poco de la presión que tuvo que soportar.
Gloria Gaitán contó que estuvo con él días antes y sobre la mesa de la casa de Tomás Moro había una botella de valium.
Ese es un detalle que te describe la presión de la época. Ahora si es que , realmente, tomaba valium no le quita valor, lo humaniza. Estamos hablando de un hombre mayor, que antes de asumir el gobierno de la UP tenía problemas cardíacos. Hace poco me enteré que hacía yoga y eso te habla de un persona que está en un estado de angustia importante.
En esta búsqueda de Allende, ¿te ha interesado conocer sus debilidades, sus errores?
O sea, si los hay, los tomo como parte de su humanidad. Pero yo soy totalmente incondicional a mi abuelo, porque durante 18 sufrió toda la artillería propagandística de los medios de derecha que quisieron destruirlo así que no voy a ser yo el que lo vaya a atacar ahora.
¿Qué se dijo?
Cuestiones estúpidas como que en el Cañaveral se hacían orgías, que el se pasaba curado, que había cocaína después del golpe en su escritorio. Decían que estuvo en no se cuantas fiestas sexuales. Puras idioteces similares a las que decía en Rusia la derecha cuando hablaban de que los comunistas se comían a las guaguas. Acá en Chile hubo mucho boicot y es divertido como la derecha se refiere la izquierda como los “terroristas” cuando en el gobierno de la UP hubo miles de atentados terroristas de Patria y Libertad, pero de eso no se habla.
¿Qué otras cosas se olvidan?
El robo de las empresas públicas por parte de la aristocracia de Chile. O sea, vendieron nuestro patrimonio, privatizaron todo, eso fue un robo a mano arda del que no se habla porque en Chile se trata a los empresarios como semi dioses y hay un especie de pálpito como de que no se les puede tocar, empezando por la gente de la concertación. Yo conozco a Lagos, lo admiro, pero al final de su gobierno ese gran aplauso que tuvo de los empresarios me molestó porque los empresarios ganaron mucha plata en su gobierno, entonces yo le hago esa crítica y de paso eso te demuestra que en Chile tienes que tener a los empresarios al lado tuyo si no quieres que te hagan un golpe militar como le pasó a Allende.
¿Cómo aprendiste a querer tanto a alguien que no conociste?
Es una experiencia intuitiva que no se puede explicar porque son presencias que están súper cerca. Siempre he creído en Dios, pero no como religión organizada sino que como un orden espiritual de las cosas. Ahora, obviamente, en Cuba cuando estaba en colegio yo no podía creer en Dios porque era sinónimo de la decadencia capitalista. Pero la Tencha me empezó a hablar de Dios, aún cuando ella no cree, porque encontraba que era importante que entendiéramos ciertas ideas culturales. Ahí yo tuve una obsesión y con mi mejor amigo nos íbamos a meter a la Iglesia a escuchar misa. Mi familia encontraba que era una excentricidad de pendejos, pero yo estaba en una búsqueda. Me acuerdo que un par de veces hablamos con el cura para dedicarle la misa a la Tati y a Allende. Quería que descansara en paz y eso me hizo súper bien.
¿Crees en el espíritu?
Sí, por eso, sé que con mi abuelo nos vamos a reunir. Es que yo soy hincha de él, estoy orgulloso, me encanta como político, me encanta como ser humano, creo que habríamos sido súper cercanos. Lo que pasa con él es lo miso que pasa cuando uno escribe un libro: una vez publicado el escritor no tiene control sobre él.
Ahora hay muchos documentales sobre Allende, libros, incluso, su foto aparece estampada en banderas, en chapas, en llaveros. Algo parecido a lo que pasó con el Che Guevara.
A mí no me gustaría ver a Allende convertido en un objeto de consumo, onda en Almacenes París. Quedaría pa’ dentro. Sería la antítesis de lo que fue. Lo demás, en cambio, me parece súper saludable: que al fin sus 100 años la gente quiera saber quién es Allende, o quiénes son los diferentes Allendes. Eso es algo que no ocurría en los 90 cuando yo llegué, entonces, Allende era un tema tabú en los diarios y en los primeros gobiernos de la Concertación, pero ahora hay casi una obsesión con él. Hay una necesidad de rescatarlo del silencio, del olvido, del boicot y del epicentro del por qué es quizás la idea noble que tuve que hacer llegar el socialismo a través de la democracia. Ese fue su gran experimento.
¿Eres de peñas? ¿De música de izquierda?
Las peñas me daban ganas de bostezar. Las encuentro aburridas, lateras, pegadas, fui a miles de peñas del PS y del PC, pero en general toda esa subcultura a mí no me gusta. Me gusta el rock, el pop y la música gay, algo de Silvio Rodríguez, pero no soporto las canciones muy lloronas. Yo no puedo escuchar el “himno del pueblo unido jamás será vencido” me parece demasiado gastado. O el rojo amanecer, esa canción me parece de terror (canta): ¡y tu verás un rojo amanecer! Es media maoísta la hueá, no me gusta.
Ja, ja…Oye, pero acá esa música se volvió a escuchar el día que murió Pinochet y la gente celebraba con Champagne.
Me acuerdo de ese día. Yo dije algo pasó porque tenía 47 mensajes en el celular, pero ¿sabes? Pinochet murió para mí cuando lo arrestaron en Londres. Esa fue su muerte política, porque paso a ser este general temido que pedía que lo dejaran libre por problemas mentales. Ahí creo que se cumplió esa parte de las palabras finales de mi abuelo cuando dice “tengo la certeza de que por lo menos habrá una sanción moral que castigue la cobardía, la felonía y la traición”… Pero de todas formas el día que físicamente murió yo no festejé porque no celebro la muerte de nadie y eso me separa de Pinochet, que en escala valórica para mí fue un asesino, un traidor y un ladrón.
Pinochet murió acostado en su cama de hospital junto a toda su familia ¿Injusto?
Si po’, obviamente, tengo el dolor de que él no se haya enfrentado a la cárcel y murió rodeado de su familia cosa ue muchos chilenos no pudieron hacer durante su gobierno porque fueron desaparecidos.
Ese día la mitad del país salió a llorar la muerte de Pinochet ¿Qué les dirías a los que dicen que tu abuelo fue un cobarde por haberse suicidado?
Que están totalmente equivocados. No tengo drama con el suicidio, pero más allá de la manera en que murió Allende yo creo que hay que ver la manera en que vivió. Yo lo admiro porque estamos hablando de un momento negrísimo de la historia de Chile donde el Presidente se quedó sólo en La Moneda, que es la base de la institucionalidad chilena, de la república y en medio del bombardeo mi abuelo luchó, disparó, pero ya al final ¿cuáles eran sus opciones? ¿Entregarse? ¡Ni cagando!; ¿Qué lo mataran o que quedara la posibilidad de salir herido y vivo para que lo pescaran?; o ¿tomar su propia vida? Quienes lo critican tendrían que haber estado ese día en La Moneda y sobrevivir los tanques, a las ametralladoras y a un bombardeo aéreo. Te aseguro que ninguno de ellos habría durado más de un minuto y habrían corrido como cobardes.
Congreso-Seminario (CEMDH) Propuesta .Nuevas generaciones entre la victimización y la negación.Christian Martínez Santos
Cristian Martínez Santos
Nuevas generaciones; entre la victimización y la negación.
“Congreso-Seminario de segunda y tercera generación del Centro de Estudio Memoria y Derechos Humanos (CEMDH), se han propuesto por ahora talleres enfocados a ver como los hijos ven a los padres y sus historias, luego será necesario trabajar la relación de estos con las propias historias.”
A través de la participación en algunas reuniones de grupos conformados por víctimas del régimen militar, como en conversaciones individuales con algunas de estas personas, se hace posible ver que la relación con sus hijos se ve afectada profundamente por su pasado de “victimas de la dictadura”. Este fenómeno, se expresaría en muchos jóvenes en deserción estudiantil, suicidios, problemas psicológicos y constantes problemas de socialización, tanto con la familia más cercana (hermanos, padres, madres), como con sus pares.
Es necesario poner la expresión “victimas de la dictadura” entre comillas, porque es donde, a mi parecer, se ve reflejada la raíz de estas problemáticas.
Vivir el día a día en una familia donde los padres (sujetos claves en la formación de los niños/as particularmente en su primera infancia), o familiares más cercanos, cuentan sus historias de vida, con un constante sentimiento de “victimización”, de odio, de frustraciones, puede traspasar dichas emociones al niño/a que se esta criando, lo que podría tener varias reacciones en el niño; replica del odio de sus padres en él, indiferencia ante la vida de sus padres (lo que podría producir en el niño una mala relación con sus padres o un desconocimiento de los mismos), victimizarse al igual que sus padres lo han hecho (cayendo en posibles problemas psicológicos), la frustración constante o negatividad frente a lo vivido, o el desapego hacia la vida propia, en tanto posibles efectos.
Los niños, son el producto de su realidad y entorno, por lo tanto los padres, “victimas de la dictadura”, no pueden negar su responsabilidad en la formación de sus hijos/as, ellos/as requieren mirar críticamente lo realizado con sus hijos. Así sea el escenario de una cárcel, o de un país cuyo lenguaje no se entiende, es siempre responsabilidad de los padres el crecimiento equilibrado de sus hijos (a lo menos hasta la etapa de adolescencia), entonces, es posible inducir que son los padres quienes no hicieron de esa realidad y de su entorno algo distinto, algo digno de vivirse por sus hijos/as.
Con esta temática para tratar en el congreso-seminario, se espera la realización de un análisis crítico desde los padres, en pro de mejorar la relación familiar con sus hijos, y ayudar a estos a comprender los problemas y vulnerabilidades de sus padres.
Con la situación mencionada en el párrafo anterior, buscaremos empezar a reconocer en los hijos la importancia de recuperar la historia de sus padres y amigos, y esto no tan solo en escritos, sino que en las formas en que a los hijos se les ocurra; escribiendo, pintando, analizando, elaborando poesía, obras de teatro, bienvenido sea, porque todo, todo sirve, para curar heridas y cerrar un ciclo.
Luego de terminada la dictadura de Videla en Argentina, lo primero que muchos hicieron, al día siguiente de su caída, fue el inicio de publicaciones masivas de libros de memoria, tanto novelas como ensayos, tanto vivenciales como documentales, un trabajo que han realizado desde entonces. Por esta vía, han logrando tener una mayor continuidad en sus historia personales y de país.
Ya han pasado 18 años del retorno a un sistema democrático, luego de haber vivido 17 años de dictadura. En estos años, los personajes principales de esa época, es decir nuestros padres, abuelos, tíos y familiares, no han recordado, a veces por miedo, otras por tristeza, muchas por pudor, o simplemente por el desgaste personal que produciría volver a revivir los dramas vividos.
Esta tarea ha sido pues legada a nuestras generaciones, somos los hijos y nietos, quienes tendremos que escribir y transmitir la historia que,, hasta ahora ha sido muy poco recuperada.
Parte importante de esta recuperación tiene que ver con trabajar la aceptación y empatía de los hijos con sus padres, como camino de sanación de nuestros propios dramas de hijos/as de “victimas de la dictadura”. Es así como seremos nosotros, los hijos y nietos, los que escribiremos sus vidas. De esta manera, a su vez, nosotros entregaremos herramientas para que las generaciones siguientes no tengan impedimentos en conocer su historia, la historia de su familia y de su país, para no volver a repetir lo ocurrido, para no volver a engendrar nunca más un espécimen como Pinochet.
En primera instancia, para esta temática a tratar en el Congreso-Seminario de segunda y tercera generación del Centro de Estudio Memoria y Derechos Humanos (CEMDH), se han propuesto por ahora talleres enfocados a ver como los hijos ven a los padres y sus historias, luego será necesario trabajar la relación de estos con las propias historias.
Para lo primero se realizaran actividades donde lo hijos y nietos escriben historias que les hayan contado sus padres o escuchado de ellos, permitiéndonos y permitiéndose ver cuales son los énfasis y los tonos que los hijos ponen al contar la historia de sus padres, dando a entender la forma en que esta historia llego a ellos, forma que muchas veces los mayores no se dan cuenta y he ahí una tarea grande ha realizar para la llamada “primera generación”.
Volveremos a realizar nuevamente este taller, al final del congreso-seminario, para ver si es que en el transcurso del mismo se logró cambiar o ayudar para superar la “victimización”.
Es relevante para nosotros asumir que, de una u otra forma, las vidas de la generación de nuestros padres, eran las vidas que ellos decidieron tener, y que lo que los impulsaba a seguir adelante y no rendirse era la consecuencia con de la historia que traían, consecuencia que es importante recordar y valorar, cuestión que es lo contrario a la “victimización”.
El tema que se tratara es un tema difícil de tratar con la gente, ya que supone un posible mea culpa de parte de los padres, primera generación, lo que puede producir un descontento y un rechazo por parte de estos, sin embargo es un camino necesario de recorrer porque si funciona, empezaríamos a encarar dolores desde una perspectiva más humana, menos ideologizada y más cercana a lo que nuestras generaciones requieren.
Debemos recuperar la historia y el respeto que lo vivido merece.
Christian Martínez Santos
20.901.443-2
EL MIGRANTE PASCUENSE EN EL CONTINENTE: 1968 – 1970
EL MIGRANTE PASCUENSE EN EL CONTINENTE: 1968 – 1970
Adriana Goñi
Edición revisada febrero 2013
Este trabajo fue realizado siendo la autora ayudante veinteañera en la Sección Antropología del Museo Nacional de Historia Natural, en Santiago de Chile, en sus primeros años previos al ingreso a estudios formales en la carrera de Antropología de la Universidad de Chile.
Una lectura desde el siglo XXI de este trabajo de principiante, obligó a una edición estricta, eliminando varios planteamientos que hoy en día son evidentemente pretenciosos, por lo que la lectura de este artículo refleja los datos duros obtenidos y que dan cuenta de una realidad etnográfica, pre-Internet, desconocida para las descripciones de las migraciones Isla-Continente.
Por aquellos años 70 del siglo pasado, a los rapanui llamábamos “pascuenses”, (y también vulgarmente se hablaba de “los toromiros”, los “pakarati” y en épocas anteriores nuestros abuelos hablaban de los “kanakas”), habitantes de Isla de Pascua, hoy llamada Rapa Nui.
Estas observaciones surgen de la participación activa, cruzada de afectos, en la comunidad de migrantes rapanui, en actividades sociales, culturales, de ocio y de artesanía, con personas de distintas generaciones. Una amistad estrecha y de por vida motivo posteriormente plasmar las vivencias conjuntas en este trabajo, que fue presentado a un Congreso de Arqueología en Santiago, en 1971.
En aquellos años, en que todo nos era posible, participé como invitada del Dr. William Mulloy en la excavación de la Cueva 85, en el Distrito Tahai, en el proyecto de investigación y reconstrucción que este arqueólogo llevaba a cabo.
Isla de Pascua en los años 70 era un laboratorio donde todos los especialistas en polinesia oriental del mundo probaban sus teorías e hipótesis. El aislamiento de la población y del hábitat generaba procesos únicos en lo social, económico, político-administrativo y las relaciones sociales entre pascuenses y continentales se basaba en modalidades específicas.
En este siglo XXI Rapa Nui es una isla polinésica que subsiste principalmente en base al turismo- nacional, europeo, latinoamericano, norteamericano, y su paisaje humano, social, geográfico y cultural nada tiene en común con lo descrito por mí en este trabajo. Una extensa bibliografía y material de todo formato ponen a disposición del interesado distintos aspectos de la vida en Isla de Pascua. Basta con googlear y podemos saber al instante cuanto nos interese acerca de Rapa Nui, y nos es posible ser amigos cercanos con sus habitantes, que pueblan las redes sociales.
Lo descrito en este texto ya no existe, más que en la memoria de algunos escasos sobrevivientes de ese tiempo o en la transmisión que mis amigos de entonces, navegantes hoy de otros mares, hicieron a sus descendientes. Hoy la globalización, la interconexión digital, los viajes, el turismo, el acceso a estudios superiores, entre otros factores, han creado una identidad rapanui donde se conjugan lo tradicional con lo posmoderno. Realidad compleja que es necesario conocer y que los estudiantes y profesionales de las ciencias sociales de origen rapanui están emprendiendo.
“Go to the island of my dreams
and seek for beautiful beach
upon which the king may dwell.”
(Leyenda polinésica rescatada por P. H. Buck).
EL VÉRTICE DEL TRIANGULO.
El rey Hotu Matúa vivía en la tierra de Marae – Renga. Soñó con una bella isla
situada hacía el Este, sobre el horizonte. Mandó hombres en una canoa llamada
“Oraora Miro” para que localizaran esta playa en su isla señalada.
…La doble proa de la canoa real se elevó sobre las arenas de Anakena, y Hotu
Matúa desembarcó sobre la hermosa playa, apropiada para ser la vivienda de un
rey. Es así como Hotu Matúa agregó su nombre al registro de famosos
navegantes polinésicos, al descubrir el vértice oriental del triángulo polinésico
(Buck, Sir P. H. 1967: 228)
El término “ora” en el idioma pascuense actual, significa “salvarse”, entre
otros significados; la palabra “miru” es usada hoy para denominar la madera;
antiguamente significaba “barco”, y así mismo, era el nombre de unan de las
tribus de la Isla. (Fuentes, J. 1960: 259, 279).
Esta canoa polinésica, salvadora para quienes en ella surcaron los mares
desconocidos en búsqueda de un sueño real, inicia las migraciones hacía y desde
Rapa Nui. Basados en la premisa de que Pascua fue poblada desde el Oeste, y
apoyados en fechas de otras Islas, necesariamente más tempranas, se postulan
tentativamente las siguientes fechas para esta primera migración:
Metraux siglo XII D.C.
Lavachery siglo XIII D.C.
Routledge siglo XIV D.C.
Englert siglo XVI D.C.
Existe consenso entre los investigadores, en base a trabajos etnográficos
y arqueológicos, que la Isla recibió dos migraciones, con un intervalo aproximado
de dos siglos entre una y otra. Estas migraciones prehistóricas tenían
características físicas y culturales diferenciadas.
Alrededor de 1575 (Englert 1948: 156) llega un primer grupo étnico, que se
conoce tradicionalmente como “hanau – momoko”, encabezado por el rey Hotu
Matúa. Ellos procedían de algún lugar de la Polinesia llamado Hiva. Luego de esta
primera instalación, en la cuál la tierra fue dividida, se constituyeron las tribus, y
se reprodujo en Pascua la forma de vida polinésica, de cultivadores y
pescadores, había llegado, alrededor del año 1610 d.C. (Englert op. Cit.) otro
grupo de migrantes, al que se conoció con el nombre de “nanau – eepe” . Este
grupo ético era portador de una traición de arte megalítico; eran sólo hombres, y
sus características físicas, culturales y lenguaje diferían de las de los pobladores
iniciales. Como rasgo característico, se señala que los lóbulos de las orejas
estaban deformados, rasgo desconocido hasta entonces en la Isla, pero
practicada en la Melanesia, lo que podría permitir pensar en un posible origen en
esa zona de este segundo grupo
.
El hecho de que este segundo grupo estaba constituido solamente por
individuos varones, favoreció un rápido mestizaje y una integración socio –
cultural. A Von Chamizo, que llegó a la Isla a principios del siglo XIX, cuando el
segundo grupo había sido exterminado y sus escasos sobrevivientes habían sido
absorbidos culturalmente por los “hanau-momoko” , habla de “algunos ancianos
que tenían los lóbulos de las orejas agujereados y dilatados, y por las mismas
aberturas se habían pasado los extremos de los lóbulos de manera de nudo”
(Englert: 89).
ANTECEDENTES
“Migraciones” será para nosotros, todo movimiento de la población hacía y
desde la Isla de Pascua, tanto las que se realizan a Chile Continental, como las
efectuadas hacia otras islas de la Polinesia. En este trabajo nos ocuparemos
específicamente del carácter que asumen estas migraciones en Chile, que
necesariamente será distinto al de aquellas realizadas hacia ámbitos polinésicos.
Estas migraciones, para efectos metodológicos, serán clasificadas de
acuerdo a las siguientes categorías:
PRE – EUROPEAS ——– Poblamiento inicial
COLECTIVAS Voluntarias
HISTORICAS Forzosas
Obligatorias
INDIVIDUALES——— HISTORICAS De propósito definidos, voluntarias
De propósito institucional, obligatorias
A los movimientos de personas motivados por propósitos institucionales, les
asignamos un carácter de , ‘obligatorias’ y no forzosas, a sólo efecto de
distinguirlas de aquellas en que la fuerza y violencia física fueron el factor que las
produjeron.
Pensamos que el problema de las migraciones es lo bastante complejo
como para afinar al máximo los conceptos involucrados. Nos preguntamos: ¿qué
tan ‘voluntarias’ son las migraciones de los jóvenes hacía el continente, cuando
son traídos a cumplir el servicio militar obligatorio; ¿qué tan ‘voluntaria’ es la
estada en el continente de estos mismos jóvenes, que una vez finalizado el
periodo de conscripción quedan en el continente librados a su suerte, sin
preparación para trabajar, sin manejar el idioma y sin medios para retornar?
Habrá muchas preguntas que deberemos hacernos. Esperamos que
surjan algunas como producto de este trabajo, aunque las respuestas estén aún
lejos de ser resueltas.
FUNDAMENTACIÓN DEL TEMA
Nos planteamos como premisa fundamental, que si la realidad social
obedece a leyes generales, tiene necesariamente una teoría general que la
exprese.
Si hacemos uso de esta teoría y la aplicamos al objeto propio de la
arqueología, como lo son las sociedades extintas y sus restos materiales como
fuente de información, estamos analizando un segmento de la realidad en un
tiempo y espacio dados.
Si aplicamos la teoría, con técnicas y estrategias adecuadas, podemos
aproximarnos a algún nivel de explicación de fenómenos que experimentan las
poblaciones vivas, prolongación o no de aquellas formaciones sociales
arqueológicas.
El arqueólogo puede y tiene la posibilidad de usar técnicas propias de la
arqueología para acceder a la data en las poblaciones vivas.
El ‘hombre vivo’, el gran olvidado a veces por los arqueólogos que
estudiamos su pasado, también tiene una cultura material para ser estudiada. Es
posible para nosotros el realizar una arqueología del presente para entender el
pasado, con la ventaja adicional de que nuestra formación nos posibilita el utilizar
los ‘filtros’ para codificar la información que necesitamos. De este modo, podemos
tener un control cruzado de información proveniente de ambos registros:
etnográfico y arqueológico.
Es en este cruce de caminos de las diversas disciplinas donde podremos
afinar la calidad de la información necesaria, para entender la realidad de los
grupos en estudio, con su dimensión temporal, que abarca pasado, presente y la
posibilidad de proyección en el futuro.
Si trabajamos en función de estudiar el pasado, como medio para
entender el presente y planificar el futuro, es válido el intentar entender el presente
de un grupo derivado de una formación social extinta como tal. Es posible
plantear que las raíces de la situación global actual están en distintos momentos
del tiempo pasado: arqueológico e histórico. Mas aún, en el caso específico de
los migrantes pascuenses en el continente, nuestra responsabilidad trasciende la
responsabilidad del científico. En cierta medida somos históricamente
responsables de que estos fenómenos tomen forma en nuestro territorio y no
estén insertos en la realidad oceánica, su ámbito cultural y territorial. (Goñi 1971:
395)
Nos planteamos, entonces, que el arqueólogo puede hacer un reciclaje de
la información: encuentra en el registro de la sociedades arqueológicas la data que
permite explicar los fenómenos actuales. Creemos que profesionalmente podemos
jugar un rol importante en la auto – afirmación de la identidad étnica de las
poblaciones actuales; llevar a cabo una ‘puesta en valor’ de su pasado, a menudo
desconocido y subvalorado por ellos mismos
.
La arqueología es una ciencia integrativa, siempre en conflicto y sufriendo
fuerzas centrípetas de las disciplinas vecinas, lo que no debe ser motivo para que
olvidemos nuestro objeto de estudio, esto es, el estudio de las relaciones entre el
comportamiento humano y la cultura material en cualquier tiempo y lugar.
En una estrategia de enfrentar el análisis desde el presente para explicar el
pasado, se intenta, como objetivo último, la elaboración de leyes explicativas parar
comprender el pasado. Esta estrategia se ocupa de problemas generales para
encontrar leyes en la disciplina. En esta perspectiva se ubica la etnoarqueología,
método por el cual ‘los arqueólogos recaban su propia data etnográfica,
asegurando, de esta manera, que la información del presente se encuentre
expresada en el mismo lenguaje que los restos arqueológicos… La
etnoarqueología puede ser definida como el estudio de la forma, uso y significado
de los objetos y superficies en su propio contexto conductual (Berenguer 1983:
68)
La etnoarqueología actuaría observando en sociedades ‘vivas’, actuales, el
significado de elementos culturales, tanto materiales como procesuales que se
presentan en un componente arqueológico.
En una estrategia pasado – presente se estudiara la cultura material del
pasado para explicar el presente. No hay referente tiempo – espacio concreto
(Berenguer, ap. Clases 1981).
Es posible, por ejemplo, explicarnos el uso que hace el migrante pascuense
en el continente, de un espacio geográfico, de ciertos cultivos, comidas, juegos,
bailes, artesanías, creencias, tradiciones, lenguaje, como una continuidad
especial; una supervivencia de rasgos que para efectos de los migrantes conllevan
la función de afirmar la identidad étnica y cohesionar el grupo en un contexto
ajeno.
La estrategia presente – presente estudia la cultura material actual para
explicara el presente y entender los problemas actuales. Es por medio de esta
estrategia que se contrata la validez de la cultura material como fuente de data
objetiva. Un ejemplo de este planteamiento lo encontramos al cruzar la
información que nos proporciona un migrante acerca de la cantidad de piezas de
madera que talla en un lapso de tiempo determinado y el análisis cuantitativo, por
ejemplo, de los desechos de las tallas: virutas, trozos, etc. No siempre estos datos
son coincidentes, lo que nos permite una afinación de la data.
Cuando el arqueólogo emprende por sí mismo la tarea de
explicar las diferencias entre los patrones arqueológicos
observados y los patrones predichos por los modelos
etnográficos, puede alcanzar data procesada que no obtendría a
través de el uso de la etnología solamente. (Flannery 1967: 121).
En el marco de la estrategia presente – presente, y en combinación con el
uso de la estrategia pasado – presente, es que intentaremos el análisis de los
procesos que se producen en el seno de la colonia pascuense residente en el
continente.
Como consecuencia de estos planteamientos teórico – metodológicos,
hemos emprendido el estudio por medio de los principios básicos de la
arqueología, que encontramos definidos y extensamente explicitados en el
informe de la Gaceta Arqueológica Andina 1982, y que resumimos:
En el nivel de a acumulación objetiva de datos se trata de verificar o
constatar las circunstancias concretas dentro de las cuales están organizados los
objetos (…) que para el caso del presente trabajo serán las conductas
observables. Estas circunstancias se basan en tres principios que permiten
entender el orden y las condiciones en las que aparecen … y que son: los
principios de ASOCIACIÓN – SUPERPOSICIÓN y el de RECURRENCIA. La
expresión física del principio de asociación es el CONTEXTO, es decir, el conjunto
de elementos y rasgos que aparecen juntos, entendiéndose como ‘elementos’ a
los objetos de la cultura material y como ‘rasgos’ a los aspectos formales que
particularizan su comportamiento. Consecuentemente, la identificación entre
elementos y rasgos, su medición y registro definen un contexto.
El principio de SUPERPOSICIÓN es aquel que permite establecer la relación
secuencial de los eventos sociales que registran los contextos.
El principio de RECURRENCIA se refiere a la identificación de los patrones
de conducta socialmente aceptados cuya expresión física se encuentra en la
repetición de los rasgos y elementos que permiten establecer contextos
asignables a una misma forma de conducta, a lo largo de un tiempo dado o dentro
de un espacio determinado. (vol. 1, Nº 4-5).
Con la aplicación de este marco de referencia, emprenderemos el análisis de
la data obtenida de una década atrás.
INFORMACIÓN ETNOGRÁFICA
La información etnográfica fue recogido a lo largo de cuatro temporadas de
trabajo de campo, realizadas entre los años 1969 a 1971. Los datos fueron
obtenidos mediante la utilización de la observación participante, la entrevista semi
– estructurada y entrevistas en profundidad. La población de sujetos migrantes
estudiada correspondía a un 10% de la población total de migrantes que en
aquellos años habitaban en el continente (40 personas de 400 residentes
aproximadamente, según estimación de estos mismos).
Pensamos que esta muestra es representativa de un fenómeno homogéneo
y regular en su recurrencia, cuyas características específicas son fácilmente
detectables.
El resultado de esas observaciones se tradujo en un seminario de
Antropología Social que dictaba el profesor Garbulski, en el departamento de
Sociología, durante el cual se analizó la problemática de la aculturación.
Participamos en la elaboración teórica del trabajo de seminario los entonces
alumnos de arqueología Silvia Quevedo K., Sergio Rapu P., Adriana Goñi G y la
alumna de sociología Julia Servat.
Posteriormente a este trabajo de seminario, mis observaciones continuaron
de modo discontinúo, aunque sostenidas. No hay publicaciones, salvo fotocopias
de un informe (ms) de 1971, realizado parar ser presentado a las Jornadas sobre
Isla de Pascua (1). Resultado de la presentación de este trabajo a las Primeras
Jornadas de Arqueología y Ciencia, en agosto de 1983, se reinició el contacto con
los migrantes. Actualmente estoy realizando encuestas en profundidad en los hijos
y otros parientes de los sujetos del estudio 1969 – 1971, dado que la casi totalidad
de ellos han retornado a la Isla.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Para entender los procesos que se producen entre los residentes
pascuenses que han migrado al continente, debemos hacer una breve síntesis de
lo que constituyó su medio ambiente natural y cultural hasta el momento de migrar
a Chile continental. Las condiciones que analizaremos son aquellas que
imperaban hasta el año 1970. esta fecha marca un hito en la estructura socio –
económica de la Isla, dado los cambios que se dieron en la estructura socio –
política del país, lo que se tradujo en un cambio de actitud hacía los nativos,
mayor contacto con el continente, aumento de la frecuencia de vuelos y de los
viajes marítimos. El flujo de continentales aumenta, y la conjunción de
funcionarios, turistas nacionales y extranjeros, científicos, fuerzas armadas, y otros
residentes no pascuenses , supera en número a la población nativa. Se producen
modificaciones de hábitos y costumbre al ser retirada la base norteamericana, la
que jugaba un rol en las actividades sociales isleñas.
Hasta esta fecha, solo arribaba un barco anual, el que abastecía de todos
los productos esenciales de a la Isla, y el contacto por vía aérea era quincenal.
Es importante entender que los rasgos de la cultura pascuense actual son
el producto de una larga serie de acontecimientos históricos que imprimen un sello
específico en la dinámica socio – cultural de la Isla.
Isla de Pascua no está abandonada en el medio del pacífico, aunque el
territorio firme mas próximo esté a 3.200 Km. Está y estuvo, inserta en la dinámica
el continente americano y de las potencias europeas. Por lo tanto, la historia de
Rapa Nui, a partir de su descubrimiento para el mundo europeo por el holandés
Jacobo Roggeveen, en 1772, está inmerso en la historia del siglo XVIII, adquiere
sus características específicas como resultado de factores externos, que actúan
de modo tal, que los cambios se manifiestan en todos los sistemas del sistema
socio – económico:
Antes de la introducción de la moneda en Pascua, y la
consecuente venta del trabajo, no hay división en el trabajo,
más que la natural; los pascuenses trabajan indistintamente la
tierra y el mar; después es cuando se produce la división del
trabajo y se ramifica en la agricultura y la pesca. Se crean
cooperativas agrícolas y pesqueras, al parecer derivadas de
pautas culturales que no permitían el comercio entre familiares
(Núñez, P. 1971, com. Pers.)
Los cambios en profundidad continúan hasta hoy, con no escasos conflictos;
en aspectos como el lenguaje, en el que podemos encontrar huellas de la
mayoría de las lenguas occidentales, “no solo en su vocabulario, sino también en
formas de sintaxis ajenas al verdadero pascuense” (Fuentes, J. 1969: 37); en su
religión, que fue substituida por la que llevaron los misioneros católicos, lo que
introduce valores y normas ajenas a las propias. No obstante, así como en la
lengua sobreviven palabras ‘antiguas’, también lo hacen ciertas creencias, que
para algunos investigadores, se transforman en ‘manifestaciones folclóricas’.
Al introducirse la moneda, el sistema económico experimento un viraje
radical, que se manifiestas en el arte, en su organización social, en los roles y
status: e factor del ‘lucro’ y la ‘riqueza’, se transforman en valores alternativos a la
solidaridad, reciprocidad e intercambio.
Históricamente, las ‘migraciones colectivas e individuales’ comienzan en:
1774. El Capitán Cook embarca la pascuense Hidi Hidi en una isla polinésica
y se transforma en su intérprete.
1805Scooner norteamericano “Nancy” arribó a Pascua con el objetivo de
embarcar un buen numero de nativos y trasladarlos a las Islas de Más
Afuera, a fin de ser ocupados como mano de obra esclava en la caza de
focas… Los piratas sólo lograron capturar 12 hombres y 10 mujeres.
1859 – 1961 Se acercaron a la Isla varios barcos procedentes del Callao a
Paita, que fueron a buscar centenares de canacas, a fin
de venderlos en el Perú.
Muchos de estos indios fueron destinados a las guaneras de
las Islas Chinchas y otros son internados para el trabajo de las
minas.
Se ha llegado a calcular hasta el 1.500 el número de canacas así
sacados a la fuerza (Vergara, V. 1939: 23). Entre éstos se halaba
el rey Maurata, su hijo y dos hijas.
Eyraud se hace cargo de seis indígenas, entre los que se contaba
Tepito, hijo y sucesor del rey, y los repatrió a la Isla (Chauvet,
1965:31).
1863 A fines de este año, los primeros misioneros encuentran la Isla
casi despoblada por la acción de los piratas… El Hno. Eyraud
desembarca con un pascuense.
1864 En Tahití había cuatro hombres, una mujer y un niño de los
cautivos de Pascua, el misionero Hno. Eyraud desembarca del 2
de enero de 1864 con uno de estos indígenas pascuenses.
De los mil quinientos cautivos de los piratas peruanos, un centenar
son repatriados a su Isla. Portan el virus de la viruela. Mueren 75
de éstos en el viaje; los 15 sobrevivientes contagian a la
población de la Isla.
1866 Hno. Eyraud vuelve a la Isla acompañado de tres indígenas
de Mangareva (Vergara, Op. Cit. : 25)
1869 Los colonos Dutrou – Bornier y Brander llevan unos 300 indígenas, en
estado de semi esclavitud a otra explotación agrícola en Haapáu,
donde murió la mayoría de ellos (Chauvet: 42).
1870 El Padre Hipólito Roussel “habría tenido que partir con unos cuantos
pascuenses (50) a Mangareva, a causa de la animosidad del
colono frances Dutrou – Bornier” (Chauvet, Op. Cit. 32).
Hasta 1860, los últimos pascuenses, entonces numerosos ( “la isla
parecía fértil y con numerosa población; parecía haber hasta un millar de
indígenas en la playa” (Cap. Lejeune, comandante del velero francés
“Cassini”, quien estudia los insulares en un viaje en 1862″ (Chauvet: 30) ).
Todavía estaban indemnes a los múltiples mestizajes que después
sobrevinieron.
Los primeros contactos prolongados con no – insulares, y que inciden en
la formación étnica y cultural de los pascuenses actuales, sus descendientes, son:
– 1770 Navío español “San Lorenzo”. Mapa de Agüera de Isla San
Carlos.
– 1770 Navío español “Santa Rosalía”. Relato de aquella estada en la
Isla.
– 1771 Fragata española “Águila”, parte de Chiloé. Se completa el mapa
hecho por Agüera y reunieron un vocabulario el lenguaje de los
“Indígenas de San Carlos” (Es factible que viajara en esta
fragata algún marinero chilote?).
– 1774 A partir del 11 de marzo, el capitán inglés James Cook pasó
ocho días en la Isla. Nos hace saber que los indígenas lo
llamaban Vaihu (éste nombre existe y es un toponímico actual)
.
– 1786 La Perouse, al mando de dos navíos desembarcó, estudió la
isla y los insulares, establece los contornos del litoral y
determina su exacta posición geográfica.
– 1804 Visita de buque ruso “Neva”. Lisiansky publicó un informe de
los 4 días de su permanencia en la Isla.
Después, muchos aventureros y balleneros llegaron a la Isla, y ejercieron
violencia sobre sus habitantes. Ya mencionamos estas incursiones y otras, en las
cuales fueron traídos o llevados isleños, voluntaria o forzadamente y en forma
colectiva (más de un individuo) o individual.
Entre estas incursiones esclavistas y el año 1862, en que desembarca el
Capitán Lejeune, ya citado, muchos barcos hacen escala, o navegan a la cuadra
de Hanga Roa, pero la hostilidad de los pascuenses les hace imposible el
desembarco.
– 1868 Desembarco el primer misionero católico, Hno. Eugenio Eyraud,
con seis indígenas. Se inicia la acción evangelizadora. El
religioso francés escribe a su superior en Francia informes o
cartas que son el valioso testimonio del primer testigo, no –
insular, que vive entre ellos.
El Hno. Eyraud lleva como herramienta de trabajo un “Catecismo
Tahitiense”. Escribe que su pérdida lo “priva de todos los medios de poder hablar
de religión a esos infelices.
“El primer hombre que desembarca, llevando a los
pascuenses rescatados de Perú (5) vuelve al barco presa de pánico…” lo que ha
visto le ha dado miedo: una muchedumbre de indios semi – desnudos, armados
con lanzas, con las narices horadadas, los rostros pintados de rojo, que danzan y
gritan en actitud de amenaza. Le refieren que la viruela sigue haciendo estragos
entre ellos”.
Desembarca Eyraud, en este primer viaje, que se prolongará por nueve
meses, con un “Kanaka” llamado Paná. Este individuo es uno de los
sobrevivientes de las incursiones esclavistas, y al parecer no es muy bien recibido
en la Isla, ya que se desata contra él la violencia al igual que contra el misionero.
El lugar de desembarco era Hanga Roa. Después Paná va a Anakena y
trae a su gente para ayudar y defender al Hno. Eyraud (Ramírez: 56 – 65).
– 1864 Eyraud se queda definitivamente en la Isla, en compañía del
padre Hipólito Roussel, también francés. (Hasta entonces en la
Isla se habla el idioma pascuense, tahitiano y francés, Vergara,
Op. Cit.) .
– 1866 El velero “Tampico” llevó desde Chile, dos misioneros más, los
Padres Gastón Zumbohm y Teodulo Escolan.
Los relatos y cartas de los misioneros a sus superiores en Francia son valiosos
documentos para conocer la situación socio – cultural de la Isla en este primer
contacto prolongado y significativo con la cultura occidental y cristiana. La mayoría
de los visitantes en todo tiempo, se han sentido obligados a narrar su viaje y
estada en la Isla, por lo que son numerosos estos relatos escritos, aunque no muy
accesibles.
– 1868 La “Topaze” se lleva una gran estatua de piedra al British
Museum, y queda un interesante relato del médico de bordo.
– 1868 En este año los misioneros introducen los primeros animales
domésticos de origen extra – continental: vacas, terneros,
conejos, árboles frutales.
– 1868 Llegada de Dutrou – Bornier, ex capitán de “Tampico”, quien
mas tarde adquiriera gran parte de las tierras de los isleños y
ejerciera la más inicua de las explotaciones en las personas de
los indígenas a quienes redujo a una verdadera esclavitud
(Edwards Salas 1918).
– 1870 El 22 de enero la corbeta chilena “O’Higgins”, mandada por el
capitán de navío José Anacleto Goñi, toco en las costas de
Pascua. Por encargo del Comandante Goñi, el capitán de
corbeta don Ignacio L. Gana (Vergara: 25) y sus oficiales,
aprovecharon la escala para estudiar a los pascuenses, sus
usos y costumbres y trazaron, por primera vez el plano
detallado de la Isla. El médico de a bordo, don Tomás Gmo.
Bate, dejó comenzado un minucioso examen personal de los
indígenas, anotando los resultados obtenidos.
– 1872 Fragata francesa “La Flore” . A bordo viajaba Pierre Loti, quien
describe en un interesante relato este viaje.
– 1877 Adolfo Pinart, en el navío “Seignelay”. Estudia la Isla y sus
habitantes, y recoge entre otros materiales, unos esqueletos,
donados al Museo de Trocadero. Publicó un estudio sintético
con dibujos; señalados son los petroglifos.
– 1879 Salmón sustituye a Dutrou – Bornier en la sociedad de éste con
J. Brander. Comienza cría de ganado y la caza de objetos
arcaicos en gran escala.
– 1882 El buque de guerra inglés “Sappho” , que practicaba
investigaciones batimétricas, estuvo varios días en la Isla.
– 1882 Arriba el “Hyaene” de la Marina Imperial Alemana, comandada
por el capitán Geiseler, con la misión de estudiar los restos de
la cultura pascuense. Sacaron dibujos de la casa de Orongo y
compraron objetos antiguos (Chauvet, Op. Cit.: 34)
– 1886 Arribo del “Mohican”, que llevaba a bordo a W. Thompson, quien
publicara un libro (3) muy profundo de sus estudios. (Un
ejemplar se encontraría en la Biblioteca del Museo Nacional de
Historia Natural, según com.pers. de don Carlos Charlín Ojeda.
Heyerdahl, en su publicación de los resultados de la expedición
Noruega de 1956, transcribe parcialmente estos estudios (4).
– 1886 En el mes de Julio, el capitán de corbeta chileno don Policarpo
Toro, llegó a bordo de la corbeta “Abtao”. En esa oportunidad
confecciono una interesante memoria sobre la importancia que
para Chile tenía la anexión de Pascua.
– 1888 El capitán Policarpo Toro toma posesión, en nombre del
Gobierno chileno, de la Isla de Pascua, el 9 de septiembre. En
documento de esa fecha, los Jefes de la Isla de Pascua, firman
un documento por medio del cual “declaramos ceder para
siempre y sin reserva al Gobierno de la República de Chile la
soberanía plena y entera de la citada Isla, reservándonos al
mismo tiempo nuestros títulos de Jefes de que estamos
investidos y de que gozamos actualmente”. Firman con una “X”
los Jefes Ioano Zoopa – Totena, Hito, Utino, Ruta Zoopal;
Rupereto; Atamu Arü; Peteriko Tadorna; Pava Zoopal; Leremuti,
Vachere e Ika Zoopal. Testigos fueron A. Plotmer, John Brander
y J. Frederick.
La Toma de posesión y la cesión de la Isla desata una serie de procesos
con “una velocidad uniformemente acelerada”.
A partir de esta fecha se suceden distintas visitas de navíos de diversas
nacionalidades. Desde septiembre de 1892 los buques – escuela de la Armada
visitan frecuentemente la Isla de Pascua.
En 1895, el Fisco suscribe un contrato de arriendo con el Sr. Enrique
Merlet, por un lapso de 20 años. Merlet debe mantener por su cuenta a lo menos
tres familias chilenas, como base de colonización y dejar al fin de este período,
como dotación 5.600 cabezas de ganado lanar; 250 animales vacunos; 40
caballos y 4 asnales (Vergara: 157 – 158).
Hasta esta fecha, el patrón de asentamiento básicamente era disperso, o
concentrado cerca de los misioneros.
El 20.7.1903 se constituye la Sociedad Explotadora de Isla de Pascua, con
Enrique Merlet como accionista mayoritario; varios accionistas menores y la
sociedad Williamson Balfour y Cía.
El objeto de la sociedad “adquirir los terrenos
de propiedad particular que existen en la Isla de Pascua, adquirir o tomar en
arrendamiento los que pertenecieron al Estado de la misma Isla, explotar unos y
otros… la duración de la sociedad será de 25 años”.
En 1916, tras demandas y alegatos, el Fisco decreta, en virtud “que las
abundantes informaciones recientemente reunidas ponen de manifiesto que el
régimen imperante en la Isla de Pascua ha sumido en la miseria a sus habitantes,
es rémora para su progreso y será causa de mayores males si no se le pone
término… declárese caducado el contrato de arrendamiento de la Isla de
Pascua…” (Vergara: anexo XXXV).
En 1917 el Gobierno acuerda provisoriamente con la Cía. Explotadora de
Isla de Pascua, que:
“La Compañía continuará en posición de la isla y del ganado existente en
ella y encargada d la administración general de los terrenos y de la
conveniente conservación del ganado. Se compromete la compañía a no
sacar de las isla los monumentos que existen y a no permitir por ningún
motivo la salida de ellos. De los terrenos de la isla se destinarán hasta
2000 hct. (de un total d 15.697 hct.) para los servicios públicos y la
radicación de los naturales. Estas 2000 hct., estarán en las inmediaciones
de Hanga Roa, prolongándose las pircas que hay actualmente… se destina
igualmente una extensión de terreno para la instalación del Lazareto de
Leprosos, que se ubicará en la región que sea más apropiada, y que de
acuerdo con la Compañía, se determinará. El sub –delegado marítimo de
la Isla, oyendo al administrador de la Cía., señalará las horas y la forma
como los naturales sin lesionar los intereses del fundo, puedan ir a la
pesca, no apartándose de la ribera del mar en sus faenas de la pesca y
dejando claras las aguadas para que los animales puedan ir a su
demanda; también podrán los naturales recoger y acarrear combustible
animal que hay en la isla, señalándose previamente por el sub –
delegado en la misma forma que en el caso de la pesca, la región
destinada al efecto”. (Vergara, anexo XXXVI).
Este documento ilustra gráficamente el despojo que los pascuenses
sufren de su objeto de trabajo. Ya no hay tierra ni mar que les pertenezca.
Están reducidos a una semi – esclavitud.
Por decreto del 19.03.1936 se publica el decreto que regula el
Arrendamiento y Cesión del Fisco a la “Compañía Explotadora de Isla de
Pascua”. En este decreto se norman los deberes y derechos de ambas partes
(Vergara: 203). Entre las obligaciones de la Compañía están: efectuar las
construcciones, instalaciones y mejoras tales como una radio onda corta; un
edificio para pabellón de enfermería y botica; instalara dentro del pueblo de
Hanga Roa tres molinos de viento, con sus bombas, pozos, estanques,
arranques y bebederos para una recolección de 40 tons. de agua dulce, e
instalará arranques y bebederos de agua para los animales de estos, y
además un estanque de reserva de capacidad no inferior a 40 tons. Para caso
de carestía de agua; deberá efectuar reparaciones y mejores en el edificio de
la Escuela Mixta de Niños de la Isla; deberá efectuar reparaciones en el edificio
de la actual leprosería de la Isla.
La lepra fue importada de Tahití por tres pascuenses repatriados en
1889. En 1913 existían 80 leprosos; en 1916 habían 16 leprosos; en 1917 eran
14 (Vergara: 14); en 1935 total de 20 leprosos (estas cifras son incongruentes,
dado que en 1913 los 80 leprosos vivían diseminados en toda la Isla, viviendo
en cuevas y sin auxilio médico). En 1917 se construye el primer leprosario, a 4
Kms. de Hanga Roa.
En 1947 el médico Daniel Camus, publica un cuadro
donde entrega una cifra de 51 leprosos entre los 6 a más de 50 años, hombres
y mujeres. De estos enfermos, 33 eran ambulatorios y convivían con la
población. En el leprosario estaban internados 9 crónicos y 9 incipientes.
Exámenes efectuados a los enfermos ambulatorios mostraron que 22 estaban
enfermos, lo cual constituía un grave peligro de contagio.
En un informe presentado al gobierno, decía Camus: “En las
condiciones actuales, la Isla de Pascua es un foco endémico de lepra y un
peligro latente para las comunicaciones con el continente…”
Si nos extenderemos en este punto, es porque incidió de forma
importante en las migraciones hacía el continente de los isleños, los que
debían guardar cuarentena; en la actitud de los continentales hacia los
pascuenses: el Gobierno, la Armada, la Beneficencia, el público en general y
los socios de sociedad “Amigos de la Isla de Pascua”, hacen que lo
anteriormente descrito cambie.
En 1950 se construye un nuevo leprosario. Dos
monjas chilenas viajan para hacerse cargo de los enfermos. Se recoge e
interna a todos los enfermos ambulatorios; ahora están distribuidos en tres
pabellones, separados unos de otros. La distribución de los leprosos en 1951
era de 29 incipientes, entre los 10 – más de 40 años y 7 crónicos, entre 15 –
más de 40 años. Señala Camus que hay familias que son más castigadas por
la lepra, entre éstas los Chavez (Tiave), Teao, Veri – Veri, Tuki, Hotu, Pakarati,
Hito y Riroroko (Camus, D. 1951: 24-34).
Continuando con las condiciones impuestas por el gobierno chileno a la
Cía. Explotadora de Isla de Pascua, una muy importante es la que obliga a la
Cía. A “conservar los monumentos históricos existentes dentro de los terrenos,
siéndole terminantemente prohibido efectuar en ellos cualquiera modificación o
alteración en su estructura actual, como tampoco trasladarlos… ni permitir que
ellos sean extraídos del lugar en que respectivamente se encuentran…”
Muchas otras cláusulas están en este decreto. Todas ellas regulan las
condiciones de vida y trabajo en la Isla de Pascua.
Desde la fecha de la toma de posición, hasta hoy, son innumerables los
contactos habidos entre isleños y continentales. Misiones científicas con
tiempo prolongado de estada en la isla contribuyen a que los pascuenses
tomen conciencia de su pasado histórico , el significado de la grandiosidad y
unicidad de sus manifestaciones culturales. Esta actitud continúa reforzándose
a medida que el contacto con extra-isleños se acentúa.
Ya en 1956, con la expedición noruega de Thor Heyerdahl, los
pascuenses captan en toda su dimensión la atención que a nivel internacional
s les dispensa. Esta actitud modifica las conductas de los isleños en su
relación con los continentales chilenos.
Hay relatos de por lo menos dos insurrecciones en contra el gobierno
chileno:
1914 Llegada del buque “General Baquedano”, que viene a reprimir la
revuelta de los pascuenses sublevados por una especie de profetiza llamada
Anata, contra el representante de Chile, Edmunds.
1965 “Rebelión de Rapa Nui”, movimiento de la población en protesta
por reiterados atropellos, es sofocada por 46 infantes de marina que viajan en
la escampavía Yelcho. Las quejas de los pascuenses eran de tenores distintos:
a las mujeres se las rapaba por faltas leves; se azotaba como castigo;
acusaban a los gobernadores designados por la Armada (la que desde 1954
administra un predio ganadero) de implantar estas penas, pese a que existe un
“tribunal de notables”, de tres miembros, designados por los habitantes para
imponer justicia.
Los pascuenses residentes en Santiago, unos 300 (1.010 en la isla), se
reúnen con el Pdte. Frei y piden solución a sus problemas.
En proceso
está una investigación nuestra acerca de este movimiento, su origen,
causas y las relaciones existentes en la isla en ese entonces. Por ahora
podemos decir que derivado, o simultáneamente con esta “rebelión”, el
gobierno, con carácter e suma urgencia, solicita se despache por la
Cámara el proyecto de ley que crea la Comuna-Subdelegación de
Pascua, dependiente del departamento de Valparaíso.
El proyecto
incluye las siguientes medidas fundamentales:
a) Crea la Comuna-Subdelegación de la Isla de Pascua, con
cabecera en la localidad de Hanga Roa;
b) establece la Municipalidad de Isla de Pascua, a cargo de la
administración legal de la Comuna del mismo nombre (Primer Alcalde fue el
recién recibido profesor básico Alfonso Rapu);
c) dispone una reducción de las tarifas de cabotaje, estadía,
faros y balizas para las naves que hagan escala o que lleven turistas a la isla;
d) preceptúa que las utilidades provenientes de la explotación de
predios fiscales, así como todo otro ingreso, se depositarán en una cuenta
especial destinada a obras de progreso de la Comuna-Subdelegación;
e) crea un Juzgado de Letras de Mayor Cuantía, cuyo territorio
jurisdiccional será comprendido entre la Comuna-Subdelegación y señala
normas especiales para el nombramiento de sus funcionarios, para la
substanciación de los asuntos contenciosos y de jurisdicción voluntaria, y para
el oportuno cumplimiento de sus resoluciones;
f) contempla una serie de disposiciones que adapta el sistema
electoral vigente en el país a las condiciones peculiares de Isla de Pascua,
permitiendo a sus habitantes el ejercicio del derecho a sufragio;
g) consulta la aplicación de las normas generales del Ministerio
de Tierras y Colonización con el objeto de constituir el dominio privado y
regular , el régimen de concesiones de tierras a personas naturales chilenas; y
h) autoriza al presidente de la República a que nombre una
Junta de Vecinos que tendrá a su cargo la administración comunal hasta que
entre en funciones la Municipalidad respectiva (Revista Vea, 1965: 16 – 17).
MIGRACIONES HISTÓRICAS COLECTIVAS E INDIVIDUALES:
DIAGNÓSTICO REALIZADO A PARTIR DE OBSERVACIONES EN LOS
AÑOS 1968 – 1971
Citando al Padre S. Englert cuando habla sobre los “trasplantados”
señala: “salieron en el transcurso de 15 años, de 1944 a fines de 1958, 41
nativos en pequeñas embarcaciones rumbo a Tahití; 21 de éstos
desaparecieron en la vasta soledad del mar…
Desde que hace ya varios años
la Armada de Chile da a los nativos amplia facilidad de viajar en el buque
anual al continente; ha empezado un continuo y cada año más numeroso
éxodo. Ya son varios centenares los que han abandonado su isla, muchos de
ellos indudablemente para siempre. Aunque van a Chile, que políticamente es
su patria, se les puede llamar emigrantes, porque dejan su tierra natal, donde
tienen otra lengua materna y otra mentalidad racial que la gente del continente.
Unos se van simplemente inducidos por las ansias de cambiar la
monotonía de la vida de la isla, por las distracciones que ofrecen las grandes
ciudades: Santiago y Valparaíso; otros guiados por las más justificadas
aspiraciones de mejorar su situación económica y sobre todo de ofrecer a sus
hijos la posibilidad de proseguir sus estudios después de haber cursado los
seis años de escuela primaria de la isla, y de llegar a ocupar puestos fiscales o
de instituciones de las Fuerzas Armadas” (Englert 1964: 97, 98).
PRESENTACIÓN DE LOS DATOS.
El migrante pascuense, dado su aislamiento geográfico y cultural, llega
al continente con una visión restringida, de cierta forma distorsionada, de lo
que constituye la estructura socioeconómica y cultural de las ciudades
continentales.
El pascuense ha entrado en contacto con este sistema mediante
diversos conductos, todos ellos parciales, los que no le permiten tener una
visión de conjunto de la estructura social que deberá enfrentar. Esto conduce a
que sus expectativas y metas a lograr estén distorsionadas, y sean a menudo
conflictivas y contradictorias con sus propios valores y costumbres.
Las causas que motivan las migraciones hacia el continente son
diversas, siendo las principales aquellas originadas por la falta de trabajo, la
falta de estudios secundarios o especializados, las escasas oportunidades que
tiene el pascuense, por estos déficit en su preparación como seres
productivos, de acceder a oficios, cargos, y ocupaciones en la isla, que son
cubiertos por continentales.
El pascuense de 1970 tenía escasas posibilidades
de proveerse de bienes de consumo, tanto de primera necesidad como
aquellos que le proporcionarían una calidad de vida distinta, que ellos creen en
el continente lograrán.
Tanto los funcionarios públicos continentales como los turistas y los
norteamericanos de la NASA, crean pautas de consumo que el isleño aspira a
lograr, y la migración surge como única alternativa.
El aislamiento geográfico, una alimentación escasa, monótona, una
retribución del producto artesanal no equitativa, la situación de marginalidad
respecto a los continentales en la isla y las expectativas de que en el “conti”
lograrán satisfacer las necesidades básicas requeridas, parecen ser la
atracción inicial para la migración.
Estos factores están insertos en el hecho de que en Isla de Pascua,
hasta 1970, los isleños sólo podían integrarse a la estructura socio-económica
de la isla en calidad de productores en un nivel de subsistencia; el continente
aparece como el ámbito para lograr niveles más complejos de integración.
Los principales canales de difusión de elementos socioculturales
continentales en Isla de Pascua, para el año 1970, eran:
a) LA ESCUELA.
Donde se entregan elementos culturales a niños que
provienen de hogares con un bagaje de valores, normas, pautas
de conducta, lenguaje y un pensamiento lógico diferentes en lo
básico a la cultura continental. En 1970 los educación en la
escuela primaria son profesores continentales, mayoritariamente
religiosas, y un reducido número de profesores pascuenses.
Estas personas provienen de hogares de un estrato medio y
medio bajo, y son los valores de este segmento de la sociedad
los que se trasmiten por medio de la educación formal.
b) LA RADIO
No tiene una orientación definida ni sus transmisiones
obedecen a una planificación u objetivo determinado. En escasas
horas de transmisión se difunde música bailable, típica chilena y
en general, una serie de elementos no seleccionados, que no
aportan un conocimiento de la realidad continental. Desde Marzo
de 1971, el Museo de la isla está a cargo de un Conservador,
Museólogo Sergio Rapu. Se abre la posibilidad de que éll
programe unas horas semanales de transmisión que tienda a
crear conciencia en los isleños y en los funcionarios
continentales, del valor que encierran los restos arqueológicos y
las medidas necesarias para su protección y conservación.
c) EL CINE
Durante un tiempo, funcionó un cine, manejado por
particulares, que exhibía películas escogidas en el continente de
acuerdo a la posibilidad de obtener ganancias. Este cine,
manejado por dos hermanos pascuenses, no tuvo mayor éxito,
dados que el lenguaje verbal y escrito, no eran accesibles para la
población isleña. La distancia también influyó, dados la
imposibilidad de contar con películas a tiempo para ofrecer
cambios en la programación; es así como una película era vista
una y otra vez por el mismo público. En 1984, Televisión Nacional
llega con transmisiones diferidas de su programación habitual,
excepto la publicidad.
d) LIBROS Y REVISTAS
Los primeros llegan por medio de la biblioteca pública, y las
revistas son obtenidas por diversos medios, como lo son los
envíos de familiares, préstamos de funcionarios continentales y
otras vías no formales. El material que llegaba hasta 1970 era
parcial (sólo El Mercurio, Revista Vea, y de fechas muy
atrasadas). Esta literatura no está adecuada ni a los intereses ni
a las posibilidades de manejo de idioma que los isleños tenían
como para una cabal comprensión.
Es notoria la escasez de material referido a la isla que presenta
la biblioteca pública.
e) CONTACTOS CON PASCUENSES RESIDENTES EN EL
CONTINENTE.
Los residentes en el continente mantienen comunicación
constante con sus familiares en la isla, por medio de “fonía“,
grabaciones, envíos y ocasionalmente cartas y viajes.
f) CONTACTOS CON TURISTAS NACIONALES Y
EXTRANJEROS
Los primeros escasísimos. Los extranjeros se alojan en
casas de pascuenses que tienen pequeñas residenciales.
g) CONTACTOS CON FUNCIONARIOS PÚBLICOS.
Por pertenecer estos funcionarios a un estrato socioeconómico
medio y medio bajo, van a la isla, en su casi totalidad,
motivados por la elevada remuneración que reciben en concepto
de asignación de zona. Estas entradas se ven aumentadas por la
venta de objetos arqueológicos, de los cuales la superficie de la
isla está cubierta. Es corriente que estos funcionarios realicen
“excavaciones” para incrementar sus colecciones privadas (Goñi
1971). De este contacto el pascuense obtiene una visión de la
estructura de la sociedad nacional no sólo parcial, sino
distorsionada y teñida de normas y conductas del estrato de
origen de los continentales residentes en Pascua.
MIGRACIONES INDIVIDUALES CON PROPÓSITO DEFINIDO
Esta categoría incluye a casi todos los movimientos poblacionales que
se caracterizan por estar sujetos a un plazo o meta a cumplir en el continente,
tras lo cual se produce el retorno.
Esta categoría abarca a los niños que han egresado de la educación
básica y viajan al continente a continuar estudios secundarios y superiores.
Viajan a través de la Junta de Auxilio Escolar y Becas, organismo que les
proporciona alimentación, vestuario, útiles escolares. Durante el año 1971
llegaron de esta forma 30 niños, los que ingresaron al 8ª año en liceos,
escuelas industriales, técnicas y normales. La acomodación de estos
migrantes se lleva a cabo después de estudios realizados por asistentes
sociales de cada caso. Se analiza la personalidad, ambiente familiar, grado de
adaptación del niño. Pueden ser acomodados en casas particulares, dentro o
fuera de Santiago. El rendimiento escolar, al cabo de un año de estudios en el
continente, es similar al de los niños continentales.
Existe una gran cantidad de pascuenses, que dice “venir a conocer la
patria…”, o “a ver este lugar de donde van todas las cosas nuevas a Pascua”.
Algunos de estos turistas se quedan y pasan a engrosar el contingente de
residentes.
Otro tipo de migrantes es el conformado por personas que viajan
periódicamente con un fin determinado: negocios, visitas a parientes; por
motivos de salud, de trámites burocráticos u otro similar que requiera una
estada corta durante la cual se cumple un objetivo y retornan a la isla.
Son estos migrantes los que mayoritariamente introducen los nuevos
elementos culturales, tanto materiales como ideo factuales. Actúan a modo de
“sintetizadores”, codificando la información y entregándola traducida a los
futuros migrantes o viajeros.
MIGRACIONES INDIVIDUALES O POR GRUPOS DE EDAD CON
PROPÓSITOS INSTITUCIONALES
En este grupo podemos incluir a los jóvenes que son traídos para
cumplir con el servicio militar obligatorio, que lo hacen a bordo de buques de
la Armada. Estos jóvenes, una vez que finalizan su período, no tienen recursos
para volver a la isla, salvo que sean embarcados en el buque que transporta la
carga a Pascua cada cierto tiempo.
Estos jóvenes suelen permanecer en casas de sus familiares
residentes, y un número importante de ellos permanece en las FF.AA.; el
uniforme se transforma en un medio de obtener prestigio dentro de su
comunidad.
DESARROLLO
Los migrantes pascuenses en el continente están situados en todos los
segmentos de la estructura socio-económica nacional: los hay en todos los
niveles de estudio, desde básica a universitarios, con énfasis en los técnicos;
en los distintos sectores laborales, desde empleados públicos y particulares,
comerciantes, artesanos y en el área artística (conjuntos de bailes y danzas
polinésicas). Creemos haber detectado, para 1971, por lo menos, una
resistencia a trabajar bajo las órdenes de un patrón, y no conocimos casos de
migrantes obreros. Siempre prefieren acudir al tallado, sin relación de
dependencia, salvo los que dicen relación con los lazos de parentesco, que
pueden asumir un carácter de subordinación en lo laboral.
Todos estos migrantes poseen características en común que los hace
constituir una etnia claramente diferenciada del resto de los habitantes de Chile
continental e insular.
Un marcado etnocentrismo caracteriza los elementos
culturales que son reforzados en el continente, y que actúan de modo tal que
cohesiona al grupo, independiente de su inserción en la estructura social
nacional.
Hemos planteado en otro trabajo (Goñi 1980: ms), que se dan ciertas
prácticas tradicionales, relativas a un uso del espacio geográfico, consumo de
alimentos, ceremonias y creencias, actividades lúdicas y religiosas entre los
residentes que actúan en modo de aglutinante en ciertas épocas del año; así
como lugares de reunión donde es posible contactarse con casi la totalidad de
los residentes; es así que los días que sale y llega el avión hacía y desde la
Isla, se pueden encontrar en el aeropuerto muchos pascuenses que reciben y
mandan paquetes, cartas, reciben noticias y recados de sus familiares y
mantienen una estrecha y fluida comunicación entre ellos.
Igual cosa sucede
en el puerto, cuando sale el buque que lleva la carga destinada a la Isla. La
mayor y más importante reunión de los residentes se realiza una vez al año, en
el mes de septiembre, cuando se congregan todos los pascuenses en el
Templo Votivo de Maipú, donde se encuentra el “Cristo de Rapa Nui”,
enteramente tallado en madera por medio del trabajo colectivo. En ocasiones
se reúnen hasta 2.000 pascuenses para esta ocasión (según estimación de
ellos).
Así como encontramos estas manifestaciones visibles de pautas
culturales compartidas y reforzadas por medio de ciertas prácticas, también
podemos plantear las diferencias, en ocasiones extremas, entre los migrantes,
las que dependen del estrato socio – económico al cual se han adscrito en el
momento de su llegada al continente.
Hemos clasificado tentativamente los distintos tipos de contacto e
inserción de los migrantes en la estructura socio – económica continental.
1. AMBIENTES FAMILIARES DENTRO DE LA COLONIA PASCUENSE
RESIDENTE.
Este contacto se efectúa cuando el migrante se integra a una familia de
residentes que han experimentado con anterioridad el proceso de
“aculturación” – entendido éste como la adquisición de pautas y normas
culturales que permiten la elaboración de ‘estrategias de subsistencia’ en el
nuevo ambiente socio – cultural – y que son trasmitidas al recién llegado.
Este tipo de contacto lo experimentan los jóvenes que vienen a estudiar,
a buscar trabajo, el que sale del servicio militar, el que viene a pasear. Todos
ellos, mientras no se integran a la estructura continental, mientras no
encuentran un trabajo o ubicación permanente, mientras no son capaces de
sobrevivir por medio de sus propias habilidades, permanecen en esta “tierra de
nadie” que significa su grupo, donde encuentra un ambiente familiar,
conocido, similar al de su Isla. Allí es acogido bajo ciertas condiciones. Se
puede observar en la actitud de los residentes más antiguos un cambio de
actitud respecto a sus familiares recién llegados.
En la Isla no se ponen trabas al ingreso en el grupo familiar de un nuevo
miembro. Los niños y adolescentes permanecen en casa de sus padres, o de
sus tíos y abuelos, indistintamente, y no se exige de ellos requisito alguno. En
el continente, obligados por las distintas relaciones económicas, condicionan la
aceptación del nuevo miembro a su aporte a la economía familiar. Se le exige
que adopte ciertas normas de conducta, que para el residente – con un grado
distinto de adaptación a la nueva estructura – son las valederas, y no las que
porta el recién llegado.
2. AMBIENTES CONTINENTALES SIN CONTACTO FRECUENTE CON LA
COMUNIDAD PASCUENSE.
En estos grupos incluimos a los niños que vienen a estudiar becados y
que son ubicados en lugares continentales, internados o instituciones
similares.
Estos niños, que se integran a un ambiente continental, sean los
hogares de los tutores que los acogen por buena voluntad, sean instituciones
educacionales, son orientados y reciben los valores, normas, tipos de
comportamiento del grupo receptor. Sus aspiraciones serán diferentes de las
de aquellos que se han integrado a hogares pascuenses, ya que se mueven n
distintos estratos sociales y económicos.
Se producen en estos migrantes, a medida que transcurre el tiempo,
dificultad para relacionarse con los miembros del grupo pascuense. Manejan
elementos culturales distintos. Su lengua será el español, su gente los
continentales, sus aspiraciones las que impone el grupo receptor. El producto,
generalmente, en un empleado o intelectual de “cuello y corbata”, que
comparte los valores de su nuevo ámbito, modelado por la sociedad de
consumo, que aspira a poseer variados bienes materiales y se siente realizado
en la medida que posee dinero, muchos artefactos, automóvil, casa propia y
“buen colegio” para sus hijos.
Generalmente está desvinculado de la realidad de la Isla, de su gente.
Generalmente les cuesta mantener contactó con el resto de los pascuenses, él
es el que se siente diferente, y por un lado desea pertenecer al grupo y por
otro ve que le es casi en la mejor relación que este último mantiene con el
grupo de residentes y la aceptación de parte de este grupo para con él.
No es raro que miembros de la colonia acudan a este tipo de migrante
como mediador en sus pleitos. En cierta forma podríamos decir que se
convierten en “brújula” que indica al resto el rumbo a seguir en el ambiente
continental, en cuanto a conductas, actitudes y respuestas apropiadas.
Por exigencias de espacio no nos extenderemos sobre actividades
realizadas en el seno del grupo pascuense en el continente. Referimos al lector
al trabajo ya citado (Goñi, Op. Cit. 1980),
DISCUSIÓN
Hemos intentado ordenar de algún modo el abundante material que
hemos podido reunir desde 1968 relacionado con la problemática de los
migrantes pascuenses.
En este artículo se intentó dar formas a datos acerca
de la incidencia que conlleva el factor ‘inserción en un estrato socio –
económico, o clase social’ del migrante en relación a un mayor o menor grado
de adaptación al sistema social continental.
Como hipótesis de trabajo nos hemos planteado que la sociedad
clasista a la que ha ingresado el migrante, conforma de distinta manera las
relaciones entre los hombres: los pascuenses entre sí y los pascuenses con
los continentales. De ahí que postulamos relaciones “horizontales” – por usar
un criterio prestado de la arqueología – entre migrantes y continentales, que
serían las que se dan en un mismo segmento socio – económico, con
préstamo cultural y adopción de nuevas pautas por el pascuense.
Se dan relaciones “verticales” cuando los migrantes están estratificados
socialmente, y tanto el liderazgo, como la dinámica de los cambios, están
perfilados por los sujetos adscritos a los estratos socio – económicos más
altos, que serían determinantes de roles y status.
Ya no rigen, entre los
migrantes, las categorías tradicionales en cuanto a prestigio y autoridad
basados en lazos de parentescos, propios de la polinesia.
La funcionalidad de
las instituciones, tales como la familia, la religión, la división del trabajo,
cambian al dejar el ámbito isleño; los roles tradicionales de cada sexo, de cada
pariente, de los grupos de pares, de los productores, los derechos y
obligaciones son todos aspectos culturales que se ven alterados en el
continente.
No podemos olvidar, para una cabal comprensión de estos hechos, que
estamos tratando con un grupo de personas tan pequeño, para efectos de los
estudios, que sumando los 1.800 nativos que viven en la Isla, más una
cantidad aproximada de 500 residentes en el continente y otro tanto disperso
en las Islas de la Polinesia Oriental, arrojan cifras que apenas se asoman a las
3.000 personas, en una estimación bastante optimista.
La validez de las
investigaciones llevadas a cabo entre ellos está sujeta a permanente revisión,
dada la acelerada dinámica del cambio que se produce en Pascua, y por ende,
en los pascuenses que viajan al continente, y que permanecen en él por un
tiempo más o menos prolongado.
Un aspecto importante en este sentido lo constituye el hecho del cambio
de actitud que el continental ha experimentado en relación al pascuense y a
Isla de Pascua. La última década ha traído una ‘puesta en valor’ de lo
polinésico: el turismo, la extensión cultural, los medios de comunicación
audiovisuales, las investigaciones científicas, la apertura de la ruta aérea hacía
el oriente vía islas del pacífico, entre otros factores, a más del manifiesto
interés tanto de turistas como científicos extranjeros por la Isla, ha llevado a un
conocimiento de este grupo a nivel masivo. Y los pascuenses, obligados,
habituados y dependientes de elegir las estrategias de subsistencia más
eficaces en cada momento histórico, han comprendido que esta ‘plusvalía’, que
hoy significa ser nativo de la Isla de Pascua, y por lo tanto los únicos, al
mismo tiempo les reditúa una ganancia en el aspecto económico. Es así como
acentúan su carácter polinésico; vuelven a la Isla después de años de intenso
trabajo en el ‘conti’, y que se insertan en la infraestructura relacionada con el
turismo, principal y diría, única fuente de trabajo bien remunerado.
No es extraño que hoy, en 1983, Isla de Pascua cuente con:
HABITANTES
Nativos Continentales Total
1.866 634 2.500
INFRAESTRUCTURA TURÍSTICA
Hoteles Residenciales Discotheques Agencia de Viajes
2 20 2 6
Es de imaginar el impacto de la actividad turística en este pequeño
territorio aislado, y su repercusión en la motivación del migrante en el
continente para regresar.
Hanga Roa está tomando características de ciudad turística:
Para esta población de 2500 personas, más una población flotante alta, hay, además de
la infraestructura hotelera,
350 viviendas particulares.
Escuela,
Museo,
Iglesia Católica
Administración Comunal,
Gobernación,
Aeropuerto,
Puerto (proyectado para 1989)
,
Locales comerciales que surten toda clase de mercaderías,
7 supermercados,
un Complejo Deportivo con canchas de tenis, (3), de fútbol,
Gimnasio,
Este equipamiento hace que las condiciones objetivas para el retorno sean las más
favorables que los migrantes han tenido jamás.
CONCLUSIONES.
De nuestra observación participante en la colonia pascuense , nos ha sido posible distinguir
en los migrantes residentes en el continente, que constituyeron
nuestra muestra:
a) Cambios en la estructura familiar, especialmente en los roles
desempeñados por la mujer y las relaciones padre-hijo. La diferencia el rol
femenino creemos que ha variado fundamentalmente debido al nuevo tipo de
economía que adopta la familia en el continente.
La mujer tiene un papel activo
dentro de la economía del grupo, es económicamente útil. La mujer
pascuense en el continente puede decidir y actuar en igualdad de condiciones
que el varón. Se observa en la mayoría de las familias, cuando practican la
artesanía, que es el hombre el que talla las figuras y ella se dedica a
venderlas, ya sea en puestos ambulantes, ferias o locales comerciales.
Mientras permanece en estos sitios, se ocupa en fabricar adornos de conchas
que ha recibido de sus familiares de la isla ( al parecer este es un trabajo eminentemente femenino)
Podemos decir que la mujer goza
de independencia respecto de su marido, y siempre está respaldada por su
grupo familiar, al que acude libremente cuando se producen desavenencias
conyugales.
También recibe mucha consideración de parte del marido,
reconociéndosele su participación efectiva en la dirección y economía del
grupo familiar.
La relación padres-hijos nos parece radicalmente opuesta a la
observada en la isla. Acá hay mayor restricción por parte de los padres; las
niñas tienen muy poca libertad para realizar actividades sociales con gente
de su edad y fuera de su grupo; deben cumplir horarios estrictos y se les exige
un alto rendimiento escolar.
En general el adolescente debe trabajar junto a sus padres
cuando no está estudiando, y los días festivos los pasan en
compañía de sus padres, realizando diversos paseos o
reuniones dentro de la colonia residente.
Parece ser una constante que el pascuense siempre realiza sus actividades
sociales, deportivas, religiosas, políticas y económicas, como
grupo.
Residen en barrios cercanos, tienen “playas para
pascuenses” (seleccionadas por ellos mismos, buscando una
geografía similar al de la isla).
b) Otro aspecto que pensamos debe ser causa de conflicto en el
migrante, sobre todo entre los niños y jóvenes, es la actividad sexual.
Al decir de nuestros informantes y por los datos extraídos de diversos autores, la
actividad y primeras experiencias sexuales comienzan a temprana edad en la
isla.
Un migrante nos decía que “a los once años de edad, un muchachito ya
ha tenido relaciones sexuales con todas sus primas”, a manera de juego, sin
que los adultos lo consideren impropio. Este migrante llegó de once años al
continente en el año 1960, por lo que no sabemos si lo dicho anteriormente
tiene la misma vigencia hoy día. De todas maneras, es un aspecto que varía en la vida del migrante en el continente.
Estos aspectos que inciden en la adaptación, son contrarrestados por
las conductas reforzadoras de su etnocentrismo: comidas, danza y música,
lenguaje, juegos, paseos y trabajo en grupo, dan a los distintos individuos un
ámbito familiar.
En la ciudad de Quilpué existía hasta hace unos años, un número de
migrantes agrupados en torno a don Pedro Atan, ex-Alcalde de la isla, líder
en el continente por su edad, prestigio y relaciones de parentesco.
Don Pedro fue el más reputado tallador isleño de figuras de madera, y,
como lo comprobó Heyerdahl (1956), conocía la clave del arte de esculpir
estatuas y erigirlas en sus plataformas.
En casa de él, llamada “la Universidad” por los pascuenses, dado que el
maestro adiestra a varios jóvenes en el oficio de tallar (copiando los diseños
del libro con excelentes fotografías de Stephen Chauvet), se reúnen con frecuencia
migrantes que vienen de otras ciudades en períodos de vacaciones.
Es un
grupo de aproximadamente 8 personas, dirigidos por el anciano, el que les
enseña desde el tratamiento de la madera recién cortada, hasta el producto
final. Los productos son de alta calidad, así como los precios. Venden las
figuras en grandes tiendas de Santiago, a los turistas que llegan al puerto, y
realizan trabajos que les son encargados incluso desde el exterior.
Don
Pedro falleció años atrás, y su ausencia se refleja en la calidad de las tallas
actuales.
Para que los padres trabajen con más tranquilidad, generalmente los
miembros más ancianos de la colonia, abuelos y tíos, son los encargados de
acoger en sus hogares a los menores, quienes a su vez los ayudan en sus
quehaceres.
Existe entre los pascuenses una división natural el trabajo: ésta asume
el carácter de división sexual, hay productos tales como los adornos de
conchas que son elaborados solamente por mujeres, de cualquier edad; las
tallas en madera o piedra volcánica la realizan los hombres, generalmente
muchachos, y los mayores los comercializan en locales o puestos
artesanales.
Para 1970 detectamos que prácticamente no existía compraventa entre
los pascuenses residentes. Los objetos que unos elaboraban eran
entregados a otros para su comercialización. No había en este proceso afán
de lucro, y el sobreprecio obtenido llegaba finalmente al productor.
El pascuense siempre talla. Sea cual sea su condición socioeconómica,
el varón siempre está tallando, con mayor o menor dedicación, según sea la
necesidad. La artesanía es su defensa ante el permanente temor a la
cesantía, no del todo injustificado, dados su escasa o nula preparación, o
especialización y su deficiente manejo del idioma español.
La no-continuidad de la práctica de la artesanía, se evidencia en la baja
calidad de los productos, a diferencia de los especialistas de tiempo
completo, perfectamente identificables. De una veintena de varones
pascuenses, se dieron dos casos que no saben tallar. Ambos llegaron
siendo niños e ingresaron al seno de familias continentales de clase media.
Hoy en día, muerto el patriarca de Quilpué, que es sucedido por un
sobrino ( Joaquín Rapu) quien basa su liderazgo en su posición económica muy buena,
además de su edad, el panorama parece perfilarse distinto.
En la artesanía se han introducido cambios, a veces aberrantes,
después de la muerte de don Pedro Atán.
Los motivos cambian, la técnica
decae, y las mezclas con elementos estilísticos no polinésicos, son notorios
(en Villarrica se destaca un grupo de talladores que unen formas mapuches
con motivos pascuenses. Fueron llevados años atrás a la zona por un
aficionado a la artesanía, que comercializa estos productos híbridos).
Los matrimonios mixtos son muchos más frecuentes; los hijos se hacen
cargo de los negocios, mientras los padres regresan a Pascua a explotar el
rubro comercio y turismo.
El contacto es muy fluido entre la isla y el continente; la población
flotante de pascuenses en el continente es elevada, y ya no le es problema,
a la mayoría, venir una vez al mes de visita o por necesidades de salud o
institucionales.
La autoafirmación de su identidad étnica, en correspondencia con la discriminación positiva del continental, es beneficiosa en lo
económico para los pascuenses de la Isla y el continente, lo que pasa a
constituir un factor moderador de los conflictos de los emigrantes.
Es cuando el contacto se da fuera de su grupo cuando estos conflictos
afloran.
Los pascuenses están en evidente desventaja respecto a los
continentales en las actividades que no estén relacionadas con comercio de
artesanía, espectáculos de danzas y música o turismo.
Aunque existen profesionales y estudiantes avanzados, y técnicos,
siempre son escasos. En estas actividades el ser pascuense no les reporta
beneficio alguno, sino muy por el contrario.
A menudo el lenguaje es barrera infranqueable para estudiantes universitarios que
migraron adolescentes. Igual fenómeno se produce cuando un niño regresa
a la isla con sus padres migrantes. La adaptación es difícil, y tarda un año
en adquirir un lenguaje que le permita darse a entender más o menos
fluidamente.
Pareciera ser que la mayor fluidez en el contacto isla-continente hace
menos necesaria la existencia de líderes formales, que antes representaban
a los pascuenses ante las autoridades nacionales y regionales. Estos
líderes eran elegidos, normalmente, de entre los residentes en la capital.
Un aspecto a analizar y que queremos dejar planteado en este trabajo, es el
relacionado con los lazos de parentesco y las prohibiciones de unión
conyugal entre ciertos parientes en Isla de Pascua, y por ende entre los
migrantes.
Aunque entre ellos todos se designan y designan a los demás con
el apelativo de “primo – prima” y “sobrino – sobrina”, de hecho existen dos
grupos de familias que practicaban la exogamia entre sus miembros.
Dado el escaso tamaño de la población, se está produciendo
actualmente, a una velocidad uniformemente acelerada, un proceso en el
seno de las relaciones de parentesco: las familias pascuenses, de las cuáles
66 personas son polinésicos puros (Sergio Rapu, com.pers., 1983) están
divididas en dos grupos o mitades exogámicas. Un estudio en curso me
permite adelantar que es ésta la última generación de pascuenses que puede
contraer lazos de matrimonio entre isleños. Los cruces entre las familias
están agotados, y obligatoriamente todos los niños de hoy , tendrán que
vincularse a extra –isleños, ya que “deben guardarse respeto” todos, dado
que son parientes consanguíneos y están bajo el tabú que regula las
uniones. Y podemos asegurar, que se respetan muy rígidamente los tabúes.
Hay al menos un ejemplo de unión entre consanguíneos muy cercanos que
engendraron hijos seriamente impedidos y que representan la encarnación de la
prohibición y sus efectos.
Isla de Pascua es un “laboratorio antropológico”. No el sentido de
contar con un lugar donde experimentar, sino uno donde nos es posible
observar, registrar, medir, comparar, distintos procesos factibles de ser
estudiados. Podemos medir las innumerables variables que inciden en los
hechos sociales.
La rapidez del cambio y el impacto de los factores exógenos, se traduce
a veces en un vertiginoso suceder de procesos que inciden directamente en
las vidas de la población.
La etnia de hoy es eminentemente mestiza, Cada barco, cada misión
científica, cada colono, base militar, funcionarios públicos, turistas, y algún
relegado, dejaron sus genes coloridos como testimonio de su paso.
Este es un hecho irrebatible, y también lo es el que los pascuenses, así
de mestizados, han mantenido una uniformidad cultural que trasciende esa
mezcla, y se expresa en conductas específicas que definen su etnicidad:
lenguaje -que contaminado, como todos los del mundo- se mantiene
polinésico en gramática y sintaxis; sus hábitos alimenticios, sus juegos,
arte, modo de subsistencia, creencias, tradiciones, relaciones parentales, y
grupales, refuerzan la identidad étnica de este grupo.
Los pascuenses se reconocen entre sí y se saben distintos de los
continentales, aunque tengamos una nacionalidad común.
RESUMEN:
Nuestro objetivo ha sido el mostrar una realidad que no ha sido
estudiada aún; en su complejidad esta realidad exige un conocimiento del
ámbito oceánico tanto como el nuestro continental, occidental, andino y
latinoamericano. Es difícil encontrar otro caso similar, en América, donde
estas características se aúnen.
Tenemos que volvernos al Pacífico y buscar allá situaciones similares:
nativos en Nueva Zelandia; conflicto indio-melanésio-británico en las islas Fidji;
polinésico – francés en la Islas de la sociedad; conflictos polinésicos –
norteamericano en Hawai. Cada una de estas situaciones tiene como
protagonistas a grupos oceánicos y los que un día fueron sus colonizadores.
Nuestra historia al respecto está lejos de ser análoga, pero las diferencias
entre los pascuenses y los chilenos son casi tan variadas como los ejemplos
mencionados.
Esperamos que las variadas líneas de investigación que se puede
derivar de este trabajo, sean puestas al servicio del pueblo pascuense y de su
identidad como tal.
NOTAS
(1) Estas jornadas organizadas por la Universidad Católica de
Valparaíso no se realizaron, por lo tanto este trabajo sólo
circuló restringidamente.
(2) Se construyó una casa en Mataveri, y se había casado con
la reina de la isla, llamada Koreto, de la que había tenido
dos hijas, Carolina y Enriqueta. En derredor de su casa, se
alzaban treinta chozas que servían de albergue a los
indígenas por él empleados en el cultivo de la caña de
azúcar y la vid.
(3) ‘Te Pito Te Henúa’ (Smithsonian Institution Annual Report
for 1889, pp. 447 – 553 – Washington 1899).
(4) The Norvegian Archaelogical Expedition Eastern Island and
the East pacific, vol. 1, 1965.
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Expedition to Eastern Island and the East Pacific. Vol. I; London.
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– THOMSON, W. (1889) “Te Pito Te Henúa”. Smithsonian
Institution Annual Repport for 1889. pp. 447 – 553.
– VERGARA, V. (1939) “La Isla de Pascua. Dominación y
Dominio” Publicaciones de la Academia Chilena de la Historia. Santiago.
–
AÚN SOMOS INVISIBLES PARA ESTE PAÍS
Cerca de 200 suboficiales de la Armada, forman parte de un episodio de la historia pre y post golpe militar que tuvo por escenario Valparaíso, otros puertos chilenos, unidades navales y hasta la escuadra, y que aún muchos ciudadanos ignoran. Se trata de los denominados “Marinos Constitucionalistas”, que intentaron contrarrestar el golpe militar semanas antes del 11 de septiembre, pero fueron detenidos y reprimidos por sus propios compañeros de armas. El porteño Ricardo Tobar es uno de ellos. Por Claudia Carreño.
Ricardo Tobar Toledo, tiene 63 años, dos hijos y está separado, se desempeña como electrónico automotriz. Sin embargo, arrastra una historia que hasta ahora, pocos chilenos conocen a ciencia cierta: fue testigo, protagonista y víctima de los hechos que se desencadenaron antes y después del golpe militar.
En esa época, era cabo segundo de la Escuela de Armamentos de la Armada en las Salinas y por los acontecimientos, se transformó en uno de los denominados “Marinos Constitucionalistas”, que se rebelaron contra los inminentes preparativos del golpe militar. Como resultado, no sólo fueron víctimas de torturas de sus propios compañeros de armas, sino también de juicios militares, exoneraciones y exilio, algunos. Acusados de sedición, amotinamiento y traición. El caso cubierto para muchos de un hálito de confusión y datos cruzados, resucitó luego que la Corte Suprema determinara reabrir la causa que había cerrado definitivamente la Corte de Apelaciones porteña y obliga a realizar nuevas diligencias.
El investigador Jorge Magasich realizó una acuciosa investigación de aquellos meses y la confusa historia que aún permanece ignorada u olvidada para muchos, en su libro: “Los que dijeron que no”, Ricardo Tobar Toledo fue una de sus fuentes de investigación.
¿Cómo ingresa usted a la Armada?
Yo vengo de una familia muy esforzada, mi máximo anhelo era ser uniformado, además yo aspiraba en grande, quería ser Oficial de Mar, es decir pasar a la oficialidad, que no es fácil dada la estructura de la Armada, esa vía se puede hacer por tener una conducta intachable, méritos académicos y humanos. Incluso yo quería ser Capitán de Navío! Era mi sueño…tenía conducta intachable, buenas notas, si hasta pensaba ir a Inglaterra a estudiar!.
¿Cómo se gesta el convertirse en “marinos rebeldes” ?
Nosotros éramos de distintas reparticiones, estoy hablando antes de 1973, y veíamos movimientos raros, conversaciones de altos oficiales a puertas cerradas, empezamos a sentir que algo pasaba. Los “ordenanzas”, por ejemplo, que debían esperar a su oficial respectivo afuera de las reuniones, escuchaban cosas, datos. Así fuimos armando un poco el puzzle y entendimos que se estaba gestando un golpe al Gobierno de Allende. En otras bases como en Talcahuano, donde estaba la Escuadra, los suboficiales también detectaron cosas raras, y como muchos nos conocíamos, pues muchos teníamos pensamiento político afín, fuimos juntándonos para ver de qué manera podíamos contrarrestar lo que se venía, que iba a ser muy duro.
¿Cómo intentan denunciar lo que sabían?
Nos juntamos varias veces a escondidas con mucho cuidado y recelo para que no se filtrara, había que tener cuidado de no avisarle a gente que no era de nuestra confianza, pero como no podíamos llegar directamente al Presidente Allende, intentamos buscar a personeros políticos de la época para que le transmitieran el mensaje. Así contactamos nosotros a Oscar Garretón, a Miguel Henríquez, a Carlos Altamirano, para que le llevaran nuestro mensaje al Presidente que se venía el golpe…y que nosotros le íbamos a ser leal a él, no a los oficiales que organizaban el golpe.
Ustedes fueron acusados en su momento que estaban infiltrados por el MIR y el MAPU en la Armada y que estaban armando un motín….una sublevación.
¡No fue así!!! Nosotros los contactamos a ellos, porque no sabíamos a quién recurrir, nosotros éramos marinos que querían advertirle al Presidente lo que venía, que había una conspiración…muy bien organizada. De hecho, existe una carta que se le envió al Presidente, escrita al interior de la cárcel por mis compañeros que habían sido detenidos en el mes de agosto.
¿Pero ustedes eran activistas de estas organizaciones?
Yo no, y muchos de mis compañeros tampoco, algunos tenían ideas afines con el pensamiento de izquierda, pero nada más, nunca hubo un plan conjunto ni nada. Sólo queríamos anteponernos a los hechos que se venían.
¿Y ese mensaje llegó al Presidente Allende?
Sí claro, le mandamos varios, pero algunos de esos mensajes fueron filtrados por el entonces Jefe de Personal de la Armada, el Almirante Merino, quien señaló que nosotros nos estábamos sublevando….el Presidente Allende respaldó a los oficiales y entonces da la orden de detención…. Más de 60 marinos fueron detenidos….por sublevación, compañeros míos y conocidos. A quienes fui a ver a la cárcel, mis compañeros detenidos me decían “no vuelva, compañero”, para protegernos.
¿Y usted? ¿qué pasa con usted?
Yo por esos días ya había pedido mi renuncia a la Armada y me había conseguido una licencia médica cuando se desencadena el golpe militar, debía reportarme a mi unidad el 15 de septiembre, pero no volví. Me quedé en Quintero, en la casa de otro compañero de armas. Allí me fueron a buscar y me detuvieron, nos allanó un grupo de la Aviación de Quintero, nos vendan y nos atan y nos suben a un camión lleno de otros prisioneros, unos arriba de otros como animales.
¿A dónde lo llevan?
Primero nos llevaron a la base de la Fach en Quintero y nos someten a fuertes interrogatorios, a algunos los hieren con bayonetas, luego me trasladan a mi unidad: la Escuela de Armamentos de Las Salinas, ahí permanecí 3 ó 4 días, porque hay cosas que no recuerdo bien, siendo sometido a fuertes torturas….golpes, culatazos.
¿Por sus propios compañeros de armas?
Así es, nos hirieron con “yataganes” que es una suerte de sable o bayoneta. Fue muy duro y por mis propios compañeros, incluso me engancharon desde la espalda con estos cuchillos y yo comencé a desangrarme, me acosté contra el suelo para tapar el sangramiento, al final me cosieron las heridas sin anestesia, ni nada. Días después, nos taparon la vista, pero de todas maneras escuchaba sus voces que me eran muy familiares, porque eras mis propios compañeros que debieron obedecer órdenes. Luego me trasladaron al Cuartel Silva Palma en Valparaíso, donde estuve un par de meses sometido a tortura física y sicológica, hasta que se me somete a un Consejo de Guerra. Luego de varios meses en la cárcel, y otros más en Colliguay, para definitivamente volver a la cárcel y ahí esperar mi condena impuesta.
¿Cuáles fueron los cargos en su contra?
El mío en particular, fue “Deserción calificada en tiempos de guerra”, pero a otros fue sedición. Fui condenado en Consejo de Guerra en primera instancia a 5 años y luego fue cambiado a tres años y un día, pena que cumplí completa, y por ser más de tres años, me quitaron todo, incluso mis derechos ciudadanos (como el derecho a voto). Me expulsaron de la Armada y del país. Me costó muchísimo encontrar trabajo y aún luchamos porque la Armada y el Estado, nos reconozca como parte de los marinos que nos apegamos a la Constitución y la Ley.
¿Qué significa para usted el dictamen de la Corte Suprema de hace un par de semanas, que ordena reabrir el caso, que había sido sobreseído definitivamente por la Corte de Apelaciones de Valparaíso?
Para nosotros significa mucho, muchísimo, porque queremos que se haga justicia, que nos repongan nuestra dignidad como hombres y como marinos, consideremos que de los 88 marinos procesados por esta causa, seis ya han muerto esperando justicia.
¿Y qué esperan de la Armada?
Que nos reconozca que luchamos por atenernos a la Constitución en aquella época, por ser leales al Gobierno, a la legalidad, que les repare a los degradados sus beneficios como militares. Que seamos reconocidos por el lugar que tuvimos en la historia de este país.
¿Se han reunido con los últimos Comandantes en Jefe?
Sí claro, estuvimos con el Almirante Codina y ahora con el Almirante Edmundo González, pero nos hemos quedado en puras conversaciones, no se concreta nada, de hecho no estamos dispuestos a que nos incluyan en un “acto de reparación” por decirlo de alguna manera, a cambio que nosotros retiremos las querellas, como se nos ha expresado implícitamente.
¿Qué esperan finalmente?
Simplemente que haya justicia y reconocimiento y si no es la justicia chilena, llegaremos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos si es necesario. Reitero: creemos que el dictamen de la Corte Suprema está marcando un precedente histórico, porque nuestro caso, antes de septiembre de 1973, fue ampliamente difundido, como lo será esta acción legal que falló en nuestro favor la Corte Suprema.
Invitación Proyecto Fotográfico por los 40 Años del Golpe
Estimado compñer@, amig@ herman@: he comenzado la producción de un trabajo fotográfico para el cual necesito de tu colaboración.
A propósito de los 40 años del Golpe Militar en Chile recogeré el relato del recuerdo más significativo de 40 personas, de las cuales no existe registro de imagen, en la memoria oficial de Chile, para reconstruirlos fotográficamente.
Este ejercicio se pretende como un gesto, de la necesidad de extender la memoria social de chile, pues, es una manera de sacarle el cuerpo al lugar común y al empate político que mediáticamente y desde el discurso oficial nos han ofrecido como “realidad histórica”, invisibilizando o anestesiando, la necesidad humana de transformar la realidad en pos del bien común.
Este ejercicio se pretende más que la re-producción de la imagen memorizada, la interpretación subjetiva de sentidos, traduciendo el relato de su protagonista al lenguaje de la fotografía.
Te agradeceré, me envíes antes del 20 de julio de 2013, un escrito de no más de una plana, contándome detalladamente el hecho más significativo que recuerdes del golpe militar.
Víctor Hugo Núñez Barragán.
https://www.facebook.com/victor.h.barragan.5
Antropologa Adriana Goñi dijo…
Tu mochila es de las mas pesadas entre todos los HIJXS DE LA MEMORIA.
Fuerte y solidario, lleno de recursos para sobrevivir en un mundo plagado de mediocres.
Construír tu identidad a pesar de todo es un logro que no todos han podido hacer.
Mis respetos y mi afecto.
Adriana Goñi
http://hijosehijasdelamemoria.blogspot.com